viernes, 30 de diciembre de 2016

Se acaba el año

Finaliza el año... ¡¡¡Mañana!!!.

Creo que no estoy preparada. Necesito que el tiempo deje de correr. Ha pasado todo demasiado deprisa.

Cuando mi hija nació me dijeron que todo pasaría volando y yo no veía la hora de que la peque se sentase, comiese, caminase, hablase, se relacionase... y así una detrás de otra....

Ahora sólo quiero recuperar a mi bebé dormilón porque lo echo tanto de menos....

No me malinterpretéis. Adoro a mi hija. Allá por donde vamos dejo ríos de babas a mi paso. Pero no la disfruté lo suficiente.




Y se acaba el año. Y la peque tiene ya dos primaveras.

La generación del táctil. Aún alucino cuando mi móvil me notifica que tengo videos actualizados de Masha o Peppa Pig en Youtube y no sé que ha hecho para que me lleguen esos avisos...

Sí, vale, está enganchada a youtube, pero por un ratito de tranquilidad e independencia a veces hago estas cosas.

Y es que la tecnología es nuestra amiga, no debemos verlo como algo malo. Habrá quien diga que cuando éramos pequeños estas cosas no existían y nos entreteníamos, pero señores, si hubiesen existido, nuestros padres las hubiesen utilizado. ¡Seguro!.

 Y sigo, que me pierdo.

Este año termina con mi preciosa gata sentenciada a morir, desde el mes de septiembre, donde me pintaban que la cosa sería cuestión de días por tumores mamarios.

Y aquí la tengo, tan ricamente durmiendo y sin ningún atisbo de dolor y el año acaba. En enero cumple 16 años y creo que los celebraremos aunque no sé por cuanto tiempo seguirá a nuestro lado.




En enero de este año se fue mi última abuela viva. El 5 de enero. El día de la Cabalgata de Reyes, con lo que a mi me gustan las Cabalgatas de Reyes.

Es obvio que me la perdí. ¿Qué iba a hacer sino más que acompañarla?. Ahora los 5 de enero significarán algo distinto para mí.

Así que le diré a mi peque que cuando veamos pasar a los Reyes Magos sabremos que serán ellos porque les guiará la bisabuela que es la estrella de Oriente que pasará también a saludarnos.

Y acaba el año, con propósitos e intenciones que no he cumplido y que necesitaba cumplir.

Y la frustración se apodera de mi. Y la tristeza, porque no me ha llegado el año. Porque no he conseguido hacer nada importante.

¿Qué le pido al 2017?....

Os lo contaré otro día. Por ahora sigo intentando encontrar una fórmula para parar el tiempo.



Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas que quizás estén pasando por lo mismo y a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.



martes, 20 de diciembre de 2016

Asesinos, violadores y pervertidos.

Vivo en Ourense. Es una ciudad pequeña, en la que prácticamente llegas a cualquier sitio a pie en menos de quince minutos.

Vivo en Ourense, donde cada 15 pasos saludas a algún conocido.

A pesar de vivir aquí, esta semana pasada leí a través de Facebook como una chica de la zona de Carballiño volviendo a casa de madrugada tuvo que sufrir un intento de agresión y gracias a su rápida reacción pudo evitar un susto mayor.




Me he puesto a pensar. Cuando tenía unos doce años, volviendo a casa después del cole, sobre las seis y media de la tarde en pleno invierno (ya de noche), me di cuenta de que un señor me seguía.

Amagué haciendo que entraba en un portal que no era el mío para ver si se iba pero se quedó allí fuera, esperando.

Cinco minutos después decidí arrancar de nuevo viendo que el señor no se iba y eché correr hasta llegar a mi casa.

Sólo estaba mi hermano, cuatro años mayor que yo. Y desde la ventana pudo ver cómo el señor estaba allí abajo, esperando, no sé muy bien a qué. Qué mal rato.

Pero cuando tenía 17 años. Otro hombre me agarró a las 7 y media de la mañana, cuando iba hacia el instituto, y porque le aticé un golpetazo y seguí hacia delante, sino, tampoco sé muy bien qué hubiese pasado.

Una amiga me contó hace unos días cómo cuando tenía 15 años iba sola a casa de otra persona por un camino bastante desolado y se encontró con dos chicos y oyó como uno de ellos le decía al otro "voy a por ella, si ves que tardo vete sin mi". Y empezó a caminar detrás de ella. Gracias a dios, tuvo mucha rapidez mental en ese momento y pudo zafarse a tiempo.

Y es hoy, después de leer el texto de esta chica, cuando me doy cuenta de que a pesar de que vivo en una ciudad pequeña, tengo que pensar que aquí también hay asesinos, violadores y pervertidos y que sus víctimas siempre suelen ser mujeres.

Pensaba que estas cosas sólo pasaban en ciudades grandes como Madrid, pero no.

Cualquier persona es un asesino en potencia. Sólo hay que ver el caso de Vigo hace tan sólo tres días.




Veo cómo los papás y las mamás llevan a sus niñas a clases de baile.

Cuando iba a ver a nuestro equipo local de baloncesto, el COB, a los partidos, veía en los tiempos muertos que salían niñas desde tres años a bailar a la pista, y ahí lo daban todo.

Las veías haciendo, o más bien intentando hacer movimientos sugerentes, girando las pelvis al ritmo de "loca por mi tigre" de Shakira....

Que gracioso me parecía. Eran más bonitas....

Ahora pienso... ¿¡Estamos locos!?.

¿Realmente necesitamos que nuestras hijas bailen de esa manera con tres años?.

Yo veo a la mía, bailando como Pocoyó y me parece perfecto. Menos sexy y más adaptado a su edad.

¿Sabéis lo que sí tengo claro?.

Que mi hija irá a clases de defensa personal. Quizás sea la rara, la que no vaya a baile, pero sabrá cómo defenderse que viendo lo visto, me parece más importante.

NOTA AÑADIDA

El Santo me ha dicho que este post parece alarmista. 

Y yo le he preguntando... ¿Conoces algún caso de asesinado en nuestra ciudad?. Respuesta: Sí. Incluso alguno sin resolver.

¿Conoces algún caso de violación en nuestra ciudad?. Respuesta: Sí. 

Sólo soy realista.

No pretendo asustar a mi hija, no. La vida ya le va a ir enseñando la de barbaridades que existen y que se hacen, por mucho que yo intente ocultárselas. 

Tan sólo pretendo que pueda defenderse si algún día se ve en la necesidad. Hay gente que lleva a sus hijos a Karate, bueno, más en mi época que era la moda. Pues yo llevaré a la mía a alguna actividad en la que pueda aprender a defenderse. Esto lo tengo muy claro.

También sé que si mi hija quiere ir a baile y puedo permitírmelo, lo haré aunque no sea lo que más me guste, pero que no me guste a mí para mi hija, no quiere decir nada ni pretendo juzgar a nadie, insisto, simplemente no me gusta para mi hija.


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lunes, 12 de diciembre de 2016

Cuando te conviertes en un lastre... Adiós, amigos.

Antes de tener a nuestra peque, teníamos vida fuera de casa.

Me explicaré mejor: salíamos a comer, a cenar, de fin de semana....

Teníamos hasta un grupito con el que hacíamos la mayoría de estas cosas. No quedábamos todos los días pero sí salíamos de vez en cuando.

Ya embarazada hacíamos cábalas de cómo nos llevaríamos a la peque a todos los lados. Fines de semana, restaurantes, !incluso verbenas!. Una cena fuera no debería ser impedimento con una bebé...

Esos castillos en el aire se derrumbaron al nacer ella. Ves a un ser tan pequeñito, tan vulnerable que lo que menos pretendes es alterar sus rutinas, esas que para ella son tan importantes y que a ti te salvan la vida.

Y así, poco a poco, te conviertes en un estorbo para tu anterior grupo de "fiestas".

Un fin de semana os vais de nuevo todos juntos aunque ya no es lo mismo porque nuestras prioridades son que la peque coma y duerma igual, mientras las suyas son irse a ver cosas bonitas de la zona. Y ahí se empieza a torcer el tema.

De pronto te enteras de que se han ido de fin de semana y ni siquiera han preguntado si os animabais a ir.




Luego escuchas que hay algunas veces cenas entre semana, pero claro, nosotros no vamos a ir con la peque tan tarde... 

En ese momento empiezas a procesar que te has convertido en un lastre.

Que definitivamente ya no cuentan contigo para nada, porque ya eres de otro club, del club de padres, que serán los únicos que te entiendan y se pongan en tu lugar.

Y empiezas a pensar en todas las cosas bonitas que has pasado con esas personas y en lo mucho que las quieres, pero también es doloroso procesar que no pueden ponerse en tu lugar o no te comprenden. Porque a ver, ¿quién en su sano juicio que no tiene hijos puede entender que llores la primera vez que tu pequeña se pone mala de verdad?. Vómitos, fiebres altas, llantos,... Ya sabréis de qué os hablo. 

Pero cuando al fin piensas con un poco de frialdad, te convences de que esa fase ha pasado. De que la vida esta llena de etapas y la que vivimos ahora mismo con nuestra pequeña terremoto no la cambiaríamos por nada. Aunque a veces nos sature, aunque a veces echemos de menos "hacer algo distinto". Aunque sin duda, les echemos de menos a ellos.




En este nuevo ciclo hemos probado el irnos de fin de semana con otros papás amigos. Todos intentamos ser hippies y no preocuparnos más de lo necesario, pero al final, lo más maravilloso del fin de semana es ver que los pequeños se lo pasan pipa, que se ríen sin parar y que no quieren que acabe el día.

Es este nuevo periodo con los amigos papás valoras que es hora de recogerse cuando hace frío para los niños, o cuando ya es tarde y deben dormir.

Que el café se toma si la cafetería tiene zona de niños. O no se toma si hay un parque cerca y hace sol y ellos pueden quemar energía.

Que se va de restaurante si ellos no serán una molestia allí y que las tardes de juegos son lo más.

Que al final al día, cuando los peques duermen, recuperas tu vida "sin hijos" en los que nosotros volvemos a ser los protagonistas indiscutibles y podemos disfrutar de una buena cena, sobremesa y risas. 

Aunque hay que acostarse pronto, que al día siguiente tendremos despertador asegurado.


Sé que quedan nuevas fases por llegar, y que también serán bonitas y distintas.




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lunes, 5 de diciembre de 2016

Probando probando, 1, 2, 3: CHAMOGEL PRIMEROS DIENTES

Cuando hace unos días la Madresfera nos ofreció la prueba del nuevo producto de Mama Natura, no lo dudé.

¡Me lo pido!.




Y es que mi peque ya tiene los dientes y un gel para esos primeros dientes... Al fin iba a usar un dentífrico apropiado para ella, y el primero.

Jajaja, y es que soy un desastre. Esto me pasa por leer rápido. Porque sí, el gel no era un gel dentífrico sino un gel para las encías.

¡¡¡Vaya marronazo!!!. ¿Cuándo me di cuenta?. Pues cuando el mensajero llegó a mi casa y abrí el paquete pensé... "La que has liao pollito".

Así que tenía en mis manos un gel para la salida de los dientes y ningún bebé con esos dientes por salir a mano...




Diez días para publicar mis impresiones del producto...

Pues nada, ¡a probarlo una menda!. Mis valoraciones van del 1 al 5, siendo el 5 lo mejor.

Os contaré que la textura es muy suave, nada pringosa. Le daría un 5.

De sabor, no es nada desagradable. Un 4.

La presentación, perfecta. En una cajita de cartón. La pena es que sea de tan poca cantidad. Así que un 4.

El modo de aplicación: trae un aplicador supercómodo y fácil de poner. Un 5 también.

Con respecto a la eficacia, no sabría que deciros. Yo la utilicé en la lengua y no noté un efecto anestesiante, que quizás es lo que esperaba. Pero también es cierto que no me veo capacitada para ponerle nota a este punto al no poder probarla con mi churumbel con dientes.

Para los que no conozcáis este producto, deciros que es totalmente natural. Contiene Malva y Pantenol, y con ellos se reduce la inflamación de las encías, y su regeneración.

Su utilización sirve para calmar el dolor de los peques en esa salida de los primeros dientes.

Y que si me atrevo a repetir mi maternidad y veo que mi peque sufre con la salida de los dientes, lo compraré sin dudarlo porque hoy pocos productos naturales tan completitos y que den tanto de sí.






martes, 29 de noviembre de 2016

Hace dos años. Haces dos años.

Hace dos años, a estas horas ya estabas en mi vida. En nuestras vidas.

Cuando me preguntaban cómo quería que fuese mi parto, decía que me daba igual, que sólo quería que tú vinieses bien y estaba segura de que si me decían que tenía que hacer el pino o me tenían que rajar de arriba a abajo, la verdad es que me importaba un pimiento. Sólo me preocupabas tú.

Ya habíamos sufrido lo nuestro. Sólo sabíamos que te queríamos, y sana. Eras nuestra única preocupación.


No me perdí una clase preparto ni idealicé mi parto. Hasta me reía diciendo que tanto hacer masajes en el perineo y ya verías como al final me hacían una cesárea.

Tenía claro que sí quería epidural, que yo no nací para soportar dolor innecesariamente. Y al final, ni la epidural fue suficiente.

Me desperté la mañana anterior a las 6 de la madrugada porque ya no tenía sueño y había un día maravilloso por delante.




Tu santo padre se empeñó en que fuésemos a urgencias porque perdía un pelín de líquido. Y yo le decía, "es el tapón mucoso seguro"... Pero papá erre que erre con que fuésemos, así que fuimos, pero por darle en las narices, que yo tenía razón.

Estaba de 38+3 y cuando llegamos, en vez de media hora en monitores estuve hora y media. Allá se me iba la mañana con la de cosas que teníamos que hacer...

Cuando al fin nos vio el ginecólogo me dio la razón a mi. Yo la tenía. Era el tapón. Aún así, ya que estaba allí decidió echar un ojo... Y ahí se acabó mi razón. Tenía una fisura y estaba perdiendo líquido.

Vaya, pues a provocar el  parto. Y ahí fue todo muy lento y muy rápido. 12 horas después estabas con nosotros. 

Como en la monitorización no estaba claro si sufrías o no, te hicieron pruebas de PH a través de mi. Yo no sabía qué se hacía exactamente. Hasta días después no lo supe con claridad. Te clavaban una aguja en la cabeza a través de mi. Pero era la única manera de saber si sufrías. Y después de cuatro pruebas, siguió siendo todo tan dudoso... 

Yo ya había dilatado 5 centímetros, pero no sabíamos cómo estabas. Así que en ese momento el ginecólogo me miró y dijo... "no podemos esperar más". Y yo dije, "vale, hacedme una cesárea". 

Y así me llevaron pitando al quirófano. La epidural no me hizo el efecto que debía y me enteré de parte de ese "parto intestinal" por llamarlo de alguna manera.

Sentí cómo se movían dentro de mi, y recuerdo haber gritado de dolor. Tremendo. Luego me desvanecí. Abrí los ojos al oírte llorar.

Te dije, "cariño, no llores, estoy aquí". Y se hizo el silencio. No volviste a llorar más. Te pusieron al lado de mi cara, pero fue tu padre el que pudo hacer el piel con piel contigo.

No me moví apenas en todo ese día, que empezó contigo en mis brazos sobre las 6 de la madrugada cuando volví a despertar. Pero a pesar de no poder moverme no podía borrar la sonrisa de mi cara.

Me habían hecho una cesárea. Inmovilizada, no pude vestirte, desvestirte, darte ningún bibe, ni cambiarte ningún pañal ese día. Nada. ¡Pero fui tan feliz!. Estabas conmigo. Sana, perfecta. Lo demás no importaba.




Tus primeras veces fueron de la abuela, mi madre, y me alegro de ello. Y de ver a tu padre empapándose de cómo desvestirte y volverte a vestir, y luego haciéndolo lleno de dudas y embargado de felicidad.

Llegaste a nuestras vidas tal día como hoy hace dos años. Los dos años más maravillosos y más rápidos de mi vida. 

Porque nunca pensé que pudiese amar tanto. Porque nunca pensé que podría tener tanta paciencia. Porque nunca pensé que lloraría por verte sufrir. Porque nunca pensé que tuviese un límite del dolor tan pequeño contigo.

Porque veo que cada día nos dedicas tus mejores sonrisas y tus abrazos más fogosos. Y porque en tu boca siempre están papá y mamá.

Porque eres lo mejor que hemos hecho en la vida. Porque por tí mataríamos y moriríamos.

Porque eres en el engranaje más pequeño y sofisticado de nuestra familia de tres.

Porque nos queda toda la vida a tu lado y se nos seguirá haciendo corta.

Porque eres nuestra mayor recompensa.

Porque te queremos, así sin más.

"Felicidades C."



jueves, 17 de noviembre de 2016

El gran peligro de ponerse gafas

De pronto llega el día que te dicen: "Necesitas gafas" y es que tú asumías que poner cara de chino para ver era de lo más normal, pero bueno, mal por mal ahora es una moda Top y en auge, así que tampoco te deprimes demasiado, sólo queda buscar unas gafas supermodernas y que te queden genial.





Ahí comienza nuestro error. Ojo, que sí, que buscar unas gafas monas y que hagan que estemos divinas es importantísimo pero el primer paso es buscar una óptica adecuada. A veces, las que tienen promociones muy exageradas tienen "gato encerrado". 

Tenemos que asegurarnos de que a la óptica a la que vayamos tenga Optometrista que es el que realmente nos debe diagnosticar qué diotrías deben ponernos.




En muchas ópticas con grandes promociones hay mucho dependendiente que se encarga de este tema, algunos incluso sin título para ello, y aquí comienzan los problemas.

¿Cuáles?, os preguntaréis. Laura, se ha prestado a escribir lo que le  pasó a ella:

"Tenía 12 años la primera vez que me puse unas gafas. Dos años después empecé a usar únicamente las lentillas y así fue hasta que comenzó mi vida laboral en la que volví a recurrir a las gafas. 

Decidí acudir a una de esas ópticas con ofertas, ya que la idea inicial era tener unas gafas para darle algo de descanso a la vista. Después de elegir modelo, que me mirasen la graduación y de pagar lo poco que me costaron, empecé a usarlas. Lo que iba a ser darle algo de descanso a la vista se convirtió en un uso constante. Y así llevo un par de años. 




En estos años he tenido problemas musculares varios, algunos de los cuales me han dejado bastante impedida para realizar, ya no solo mi trabajo, si no una vida diaria normal. 

Desde hace unos meses estoy a tratamiento continuo con un osteópata, no por una patología concreta si no por un mantenimiento para encontrarme mejor. 
En una de las últimas sesiones me hizo una prueba para valorar la convergencia ocular, tan sencilla como acercar un objeto y ver a que distancia de la nariz lo ves borroso y a que distancia lo ves doble. Cual fue mi sorpresa cuando esa distancia era mayor con gafas que sin ellas. Sin embargo, fue algo que simplemente comentamos como que podía haber algo que revisar. 

Cuando llegué a la última sesión, tenía totalmente bloqueado el cuello y no podía levantar uno de mis brazos. El osteópata me volvió a realizar dicha prueba y me recomendó que fuese a un optometrista a realizarme una revisión porque era posible que tuviese mal adaptadas las gafas a mis ojos. 

Fue en ese momento cuando recordé que la primera vez que me puse las gafas no veía bien, tenía visión borrosa y me costaba enfocar en ciertos momentos, cosa que comenté en la óptica y que respondieron que era totalmente normal, que necesitaba adaptarme a las gafas. 

Y así fue como acudí a la única óptica en toda mi ciudad que tiene optometrista. Me revisó la vista como nunca lo habían hecho, valoró la graduación que necesitaría y buscó el centro óptico de mis gafas. 

La sorpresa llegó al descubrir que las gafas que estaba usando tenían 0,5 diotrías más de las necesarias y que el centro óptico de las gafas estaba desplazado en ambos ojos, en uno de los cristales hacia abajo y en el otro hacia el exterior, pudiendo esto ocasionar modificaciones de mi postura para adaptarme a estas gafas y poder ver bien. 

En ese momento ni lo pensé, lo más importante es mi salud y decidí por tanto cambiar mis gafas para poder tener unos cristales totalmente adaptados a mí. 




Recomiendo que cualquier persona que necesite utilizar unas gafas se haga un buen estudio antes de comprarlas para que los cristales sean totalmente adaptados a ella, porque como siempre dicen en cualquier carrera de la salud, es necesario un tratamiento individualizado a cada persona y porque al final lo barato acaba saliendo caro." 

Como me explicó Laura, las ópticas esconden muchos peligros, y algo tan simple como unas gafas puede acabar con nuestra postura. Cuidado con vuestra salud, que sin ella, lo perdemos todo.

Si alguien está en proceso de compra de unas gafas, buscad una óptica con optometrista. No ahorréis en salud.


jueves, 10 de noviembre de 2016

Me da miedo el mundo en el que vivimos

Me da miedo el mundo en el que vivimos. El que también estamos creando.

Queremos hacer las cosas tan distintas a cómo las hacían nuestros padres que la estamos cagando, de media a media.

¿Nosotros salimos tan mal o tenemos un tan mal recuerdo de ello como para no querernos parecer en nada?.

Leo últimamente comentarios que me explican porqué tenemos monstruítos en vez de niños y es que yo siempre pensé que el problema estaba en los padres.

Veo que hay "Huelga de deberes". ¿Dónde está el intentar negociar con los profesores?. ¿Por qué los padres no se ponen de acuerdo entre ellos y hablan con los profes o incluso con dirección para llegar a un acuerdo?. No, mejor hacemos una huelga.

Y lo peor es que nos preocupamos de los deberes, y no  de los problemas de alcohol que se están viendo, de los embarazos adolescentes, del bullying al que se están viendo sometidos alumnos por sus compañeros, de los suicidios de otros tantos porque ya no pueden más.



Somos carne de cañón de la SuperNany. Si viniese a nuestras casas... Tendría tanto que arreglar...

Me da miedo, que pensemos que nuestros hijos son los buenos, que la culpa es del resto del mundo.

Me da miedo que no le demos a la cultura la importancia que tiene. Me asusta leer comentarios como que tienen que tener más responsabilidades y aprender menos ríos españoles. ¡Es que aprender ríos españoles están en esa parte de sus responsabilidades!.

Es que queremos ser tan Montessory, tan buenos, tan actuales, tan modernos y tan guays, que nos estamos perdiendo algo.

No es normal que los profesores de hoy en día tengan poca autoridad. No es normal que no quieran hablar con los padres de los alumnos porque les tienen aún más pánico que a los propios niños. 




Esto es lo que nosotros estamos haciendo. Lo que estamos creando. Niños carentes de respeto y mucho menos de responsabilidades.

Esta claro que no tenemos tiempo. Vamos corriendo a todas partes. Todos trabajamos y tenemos hijos. Y muchas veces ambas cosas no son compatibles. Y cuando llegamos a casa queremos tranquilidad, no nos apetece tener que reñir o discutir con nuestros hijos con los que hemos pasado los últimos 15 minutos de lo que va del día que está terminando así que, cedemos. 

Está claro que también estoy plurarizando y gracias a dios esto pasa en una minoría de casas, no en la mayoría. 

Pero también está claro que esa minoría está haciendo que las cosas cambien, a peor.

Yo soy de las que intento ver el vaso medio lleno y pienso que aún podemos cambiar las cosas. Que aún podemos mejorarlas. Y está claro que a nadie nos gusta que juzguen cómo "educamos a nuestros hijos", pero a veces, un poco de crítica externa nos ayuda a abrir los ojos. 

En mi caso es mi madre la que, como si de un cubo de agua fría por la cabeza se tratase, se encarga de decirme las cosas en las que no estoy educando bien a mi hija.

Ea, pues a asumirlo y seguro que si tuviese otro hijo, muchas cosas las haría de otra manera y, si pienso así es que en eso me he equivocado. 

No tiene nada de malo equivocarse, lo más bonito es darse cuenta y querer mejorar. Y aún todos podemos hacerlo. 

Y mejorar sólo beneficiará a nuestros hijos y a la sociedad que estamos creando. Aún estamos a tiempo. 

¡Hagásmolo!.




jueves, 3 de noviembre de 2016

Cómo saber la talla del calzado de los peques

Estoy cansada de intentar saber qué número usa realmente mi polluela. Y es que ya sabéis, según qué marca, usan una talla u otra.

Pero hay trucos para hacernos la vida más fácil y yo acabo de descubrir algunos hace poquito.

Aquí os los cuento:

En Páginas Webs como Pisamonas, cada calzado te pone las medidas al fondo de la página con la talla que corresponde con el largo del pie. No hay más complicaciones. Medimos y luego sabremos qué talla utilizan. Era algo escéptica pero he de reconocer que a veces lo más simple, funciona.




Esto también pasa en Bobux por ejemplo. También nos ponen los centímetros que abarca cada talla de calzado. Por otra parte, Bobux en las tiendas que los vende de manera especializada, tienen medidores especiales para poner en los pies y que automáticamente nos dan la talla.




Otra forma de mirar las tallas del calzado en algunas marcas es a través de las plantillas. Os pongo el ejemplo de Adidas que es lo que tengo yo en casa. Si le quitamos la plantilla al calzado y la pegamos al pie de nuestro peque, sabremos la zona de "confort" del mismo, y si su pie va a estar bien, si le va grande o pequeño.




También Bobux, ofrece la misma opción pero con la suela del calzado. Haciendo la misma operación que con las plantillas de las deportivas sabremos si la talla es la adecuada.




Os cuento todo esto porque en muchas tiendas de calzado, misteriosamente, no saben estas cosas y, por ejemplo, fui hace poquito a una tienda de mi ciudad que tiene un modelo de Bobux y cuando quise mirarle la talla dándole la vuelta al calzado, la dependienta me dijo que había que ponérselo y mirar con el dedo de la mano que sobrase un poquito.

A través de la web de Pepashoes hice mi última adquisición de Bobux ya que en mi ciudad fue imposible encontrar lo que buscaba y como tenía dudas antes de comprar llamé por teléfono. La tienda física está en Ponferrada y la mujer que me atendió me explicó muy amablemente que los niños suelen encoger los dedos de los pies cuando se los probamos e introducimos un dedo nuestro para saber cómo les quedan. Es un acto reflejo, por lo que no suele ser real la medición que nos de. Por eso Bobux hizo las huellas en la suela. Y otras marcas lo mismo en las plantillas. Os animo a buscar marcas donde podáis medir simplemente los pies de vuestros peques para saber qué talla comprar y acertar a la primera.

Una puntualización para los interesados en Bobux y que os pase como a mi que físicamente no los puedo comprar, en esta última web de las que os hablé, Pepashoes, os hacen envíos y recogidas gratuitas a partir de 50€, cosa que en la web de Bobux no, curiosamente.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Probando probando: 1, 2, 3: Iogolino de Nestlé

El pasado jueves recibimos en casa todos estos yogures de Nestlé, para poder probarlos y contaros qué nos han parecido.





Como había muchos y tenía que escribir este post en un plazo de diez días, decidí repartirlos para que fuesen 6 niños y no solo la mía, los que lo probasen.

Los niños, de edades comprendidas entre 22 meses y 12 años, han dicho, en resumidas cuentas, que los yogures nos los comamos nosotros. No les gustó ninguna de sus variedades, salvo los bebibles. 




El que los yogures se conserven fuera de nevera es realmente genial, ya que tienen una caducidad muy larga (los que me enviaron caducan en marzo de 2017), pero al menos entre nosotros, no tenemos la cultura de tomar los yogures "del tiempo" así que es estupendo que no se estropeen, pero pierde su frescor característico si no pasan por el frigorífico.

Por otra parte, la textura la hemos notado los papis en general un poco "harinosa" por definirlo de alguna forma.

El sabor, quitando ese problema, está bastante logrado. Tienen sabores muy originales.




Además de esto, tiene múltiples opciones, como los bebibles, los mini, con queso... La verdad es que la variedad es excelente.



Así que la valoración de las tres familias es la siguiente:

  • Variedad de Sabores: 5 - Realmente hay mucho donde escoger, para todos los gustos.
  • Textura: 2 - Ese "deje harinado" fue lo que no acabó de convencernos.
  • Sabor: 4 - El sabor como dije antes, está bastante logrado.
  • Facilidad de transportar y llevar fuera de casa: 5 -Aunque sigo pensando que un yogur como más rico está es fresquito, el que no se estropee por no guardar en el frigorífico es un puntazo.














jueves, 20 de octubre de 2016

Cómo el Pilates llegó a mi vida

Pues esta historia puede parecer increíble pero es todo purita realidad y quienes me conocéis en persona sabéis que así es.

Al día siguiente de una operación quirúrgica empecé a padecer un dolor terrible en una costilla. La operación no se acercaba ni de lejos a esa zona por lo que entiendo que al pasarme de camilla (o sino, a saber cómo) alguien sin querer me dio un golpe.

Si pasaba más de hora y media sentada, empezaba a sentir una presión horrorosa en mi costilla, como si alguien me estuviese mordiendo ahí. 

Yo preguntaba a gente y médicos y en general me decían que sí, que pude llevarme un golpe y que los mazados en esas zonas tardan mucho en dejar de doler, así que intenté no darle importancia aunque era muy molesto.




Pero, de pronto, me quedé embarazada y el dolor pasó a ser insoportable. Ahí recurrí a traumatólogos, y nadie me quería ni tocar, estaba embarazada y acercarse a una debe estar prohibido por lo que tuve que padecerlo de forma horripilante. O estaba de pie o estaba tumbada, sentada no podía por más de 10 minutos. 

La tumbona de la piscina de mis suegros me acompañó durante la parte más pesada de mi embarazo. Me la llevé incluso a un Magosto (celebración que se hace en Ourense por San Martin, que es nuestro patrón, en la que nos lanzamos a zonas libres, hacemos hogueras, comemos castañas, asamos chorizos... paro que se me cae la baba).

No veía el día de dar a luz para liberarme de aquel suplicio, pero por otro lado, me aterrorizaba el momento de las contracciones y el de empujar por si mi dolor de costilla me impedía tener un parto decente. 

Ahí mi matrona me disipó dudas y me dijo.... No te preocupes, no se pueden tener dos dolores insoportables en el cuerpo a la vez, uno anula al otro, así que, créeme, no te acordarás de tu costilla... Eso me dejó dormir en paz al fin. Cuánta razón tenía.

Llegó el momento del parto, que acabó en cesárea por otros motivos, y he de decir que mi costilla apenas dio señales durante unos meses.

Hasta que volvió con más fuerza.

Me hicieron una resonancia donde se confirmó mi peor pesadilla. Mi dolor sería crónico, porque, como todo el mundo me decía que esperase, se había calcificado y ya no había forma de arreglar aquello. Me quedaba aprender a vivir con esto.

Empecé a preguntar alguna forma de aliviar el dolor y que fuera soportable o incluso invisible y todo el mundo me repetía la misma palabra: PILATES.



Mi fisio, que me veía semana tras semana y luchaba con mi costilla, me insistía siempre, sólo el PILATES te ayudará. 

Así fue como me decidí.

Busqué un centro de fisioterapia cerquita de mi casa y con clases de Pilates. Sé que hay gimnasios y centros como peluquerías que imparten también esa disciplina pero hay que tener mucho cuidado  con que quien nos dea las clases sea un fisioterapeuta con su curso correspondiente de Pilates, porque cualquier otra persona que no tenga ambos estudios puede provocarnos lesiones peligrosas y era lo único que yo no necesitaba.

Y así fue como mi profe, Laura, llegó a mi vida, y mis compis, María, Ramona, Jovita, y Nancy cuando puede, pasamos a ser el Lado Oscuro de la clase, como nos define la profe, porque además de hacer lo necesario para dejar de sentir dolor, puedes pasártelo pipa.





Beneficios del Pilates:

  1. Corrige y mejora tus posturas. 
  2. Estiras todos los músculos de tu cuerpo y los tonificas, por lo que mejoras tu flexibilidad, elasticidad y coordinación.
  3. Previene y rehabilita lesiones.
  4. Aprendes a trabajar tu suelo pélvico y tu pared abdominal.
  5. Es de lo más recomendado en los embarazos.
Contras del Pilates:

  1. Su precio, en mi caso pago 50€ mensuales por dos clases semanales de una hora cada una. Pero también hay que tener en cuenta que las clases son reducidas, nunca hemos estado más de seis personas por lo que, en cierto modo, es normal que tener un profesional que te pueda corregir la postura constantemente para que hagas bien los ejercicios no puede equipararse a  los precios de otros lugares como los gimnasios con su masificación y probablemente sin todas las titulaciones que te aportan el personal de un centro de fisioterapia.
  2. La disponibilidad en el horario en que se impartan las clases. Porque no son a la carta y en muchas ocasiones no se adaptan a las necesidades de cada persona.
  3. No sirve para adelgazar, sí tonificas pero si lo que quieres es bajar de peso, el Pilates no es lo que tú necesitas.



¿Qué ha cambiado en mi vida?.

Pues, además de la pereza que supone tener que salir de casa con el calor extremo del verano o con el frío cuando estás con la mantilla en el sofá, he de confesaros que la costilla en muy rara ocasión se ha vuelto a pronunciar. Así que cuando me lo recomendaron lo decían con toda la razón del mundo. También es verdad que puedo presumir de rodearme en general de grandes profesionales, y de intentar hacer lo que me mandan porque no olvidemos que lo primero es la salud. Y que, si tienes que convivir con algo, lo mejor es intentar hacerlo de la mejor manera posible.



lunes, 10 de octubre de 2016

La cara oscura de la Marca Henkel

Muchos de vosotros habréis leído últimamente post de varias bloggers invitadas a conocer las maravillas de las lejías de Henkel.

Yo desde la distancia pienso... ¡qué bien las tratan a ellas... porque son "conocidas"!.

Os contaré lo que me pasó a mi con ellos.


En el mes de Agosto compré este producto de su empresa:




¿Qué os puedo decir de este producto?, que una vez que sabes utilizarlo, funciona muy bien, pero cuando no sabes y llamas al teléfono de atención al cliente, te tratan como a una gilipollas.

El caso es que como yo no quiero hacer agujeros en la ducha, y quería poner una jabonera, escogimos  este producto porque las características que traía en la parte de atrás daba a entender perfectamente que era para todo tipo de azulejos. Hasta aquí bien.

Pero cuando pusimos la jabonera y comprobamos si agarraba, nos quedamos con ella en la mano...

Aquí yo me quedo sorprendida y llamo al teléfono de atención al cliente, del cual sólo puedo decir cosas malas.

Le explico lo que ha pasado, que mis azulejos de la ducha no son grandes, pero tampoco son mosaicos y que la jabonera no pegó y automáticamente me dice que es que este producto no vale para ese tipo de azulejos... Me podía haber pedido una foto por correo electrónico o pedirme medidas del azulejo, pero no, sentencia automáticamente que la culpa es mía por coger el producto que no debía.

Os podéis imaginar mi sorpresa porque en la parte de atrás dejaba muy claro que SI VALÍA.

Sin ningún tipo de sutilidad la mujer de este servicio me despachó y se rió de mí directamente.

Así que probé suerte escribiéndoles en su web.

Me respondieron, la verdad que bastante rápido, y la relativa impertinencia del correo de respuesta confirma que la persona que me escribió fue la misma que me habló antes por teléfono.

Sigue insistiendo en que la culpa es de mis azulejos y no de su producto porque mis azulejos al principio son pequeños, luego dice que no son lisos... que sí lo son. Y ella no los ha visto.

Nos bombardeamos con un montón de correos que tengo guardados porque no sé si hacérselos llegar de alguna forma a algún responsable de esa empresa porque aún sigo enfadada.

El caso es que después de mucho insistir en uno  de los correos me manda la ficha técnica del producto, donde explica claramente que el producto hay que dejarlo actuar 24 horas... Caramba, esto en el envase del producto no lo pone por ninguna parte... Y me da que pensar. 

Total, que la mujer de Atención al Cliente acaba diciéndome que le mande una foto de mis azulejos.... ¡Aleluya!. Esto tenía que haberlo hecho antes de empezar la discusión, y no después de cabrear a un cliente descontento.

Al final me recomienda otro producto y dice que me lo enviará en septiembre de forma gratuita... 

Decidí darle una segunda oportunidad al producto sin decirle nada a este personaje y aprovechando un viaje fugaz de dos días, lo dejamos pegando sin tocarlo.

Al volver, lo primero que hicimos fue comprobar si había funcionado y, sí, efectivamente, funciona. Es como el cemento.




Las conclusiones a las que llego con todo esto es:

1.- El producto funciona, eso es cierto.

2.- Cosas importantes como que hay que dejarlo actuar 24 horas debería aparecer en el envase y no tenerte que ir a consultar la ficha técnica que supongo que está en su web con la forma de usarlo y la letra pequeña de para qué sirve y para qué no. 

3.- El servicio de atención al cliente de Henkel deja mucho que desear, espero que no lo necesitéis porque no te resuelve nada y te hace sentir como una idiota.

4.- Podéis imaginar la cara de póker que se me queda cuando luego le dora la píldora a bloggers para que escriban post sobre ellos cuando lo más básico, que es el cliente, está desatendido...

Lo triste de todo esto es que no es el único lugar donde una persona que no sabe atender al público tiene esa labor... Da que pensar con la cantidad de desempleo que hay.

martes, 4 de octubre de 2016

DYI - CASITA PARA NIÑOS

A raíz de un comentario que mi amiga de Planeta Mamy hizo en Facebook de cómo en la guarde de su hijo utilizaban los recursos, vi cómo una simple caja de cartón podía convertirse en una casa para los peques. 

Después de darle muchas vueltas y posponerlo en repetidas ocasiones (da una pereza...) bajé a junto mis vecinos de Mercadona y le pedí a la dependienta de droguería que tan pronto tuviese una caja grande vacía me la guardase.


Caja original con los agujeros de las ventanas ya hechos.


Esta fue la caja elegida por la chica súper maja de droguería, porque estuvo comentándolo con sus compis y le recomendaron las de servilletas ya que son las que menos letras y dibujos tienen. 

Ahora seguro que cuando vayáis a la compra os fijaréis en las cajas, jajajaj.

No tenía muy claro cómo atacarle así que después de darle unas cuantas vueltas empecé pintándola para que no se viesen las letras.


Primera capa de pintura



Segunda capa de pintura


Ya iba cogiendo color, nunca mejor dicho.

Aquí llega la tercera capa. Ya pensaba que no iban a irse nunca las letras de la caja...


Tercera capa de pintura

Ya estaba, sólo me faltaba adornarla un poquito mas y... ¡Lista!. Yo no soy ninguna artista y no se me da nada bien la pintura, así que me hice una plantilla para hacer unas florecillas y este fue el resultado final de la simple caja que me regalaron:







Ahora mi peque ya tiene una casita para poder entrar y salir y jugar dentro, y el coste de la misma ha sido:

Caja: 0€
Pintura para hacer las flores y hierba: 1,20€ (unas acuarelas que compré en un bazar)
Pintura para la caja y rodillo: ya los tenía de otras cosas, utilicé restos de la pintura de otra actividad.

Ya veis que hacerles una casita a vuestros peques no tiene porqué resultar caro, lo único que requiere es dedicarle un poco de tiempo. El estimado que utilicé para la mía fue de unas 5-6 horas.

Ahora... ¿Qué esperáis para empezar las vuestras?. ¡Ánimo!.










martes, 27 de septiembre de 2016

Probando, probando: 1, 2, 3 - Pasta al agua Leti AT4

Mi hija tiene la piel atópica, como creo yo el 80% de los niños pequeños.

Nunca ha tenido problema de irritación en el culete salvo con un antibiótico que le sentó fatal. De aquellas la pediatra nos había recomendado usar pasta al agua, pero qué queréis que os diga, entre que la pasta al agua no es santo de mi devoción por lo pringosísima que es y que del anterior pediatra aprendí que no hay nada que el Suniderma (crema hidratante con un 1% de corticoide) no arreglase, pues en la rara ocasión que le veía alguna pupa o irritación en el culete, le echaba 4 veces Suniderma y ya como nueva.

Salvo esta vez. Esta vez no hubo manera, así que cedí y fui al Arenal (droguería que hay en varias zonas de España en las que hay muy buena oferta en los productos) a coger la pasta al agua de las narices.



En un inicio tenía en la mano la de Eryplast pero al final vi la de Leti AT4 y como todo el mundo me dice que es una muy buena marca y valían lo mismo, pues me tiré al río y cogí esa.

Es tan pringosa como la de Eryplast que había probado cuando la peque era mucho más bebé, pero aquello era una muestra. Así que no me llevé ninguna sorpresa con respecto a eso.

Por dios, que no os toque la ropa, porque sino, hasta que la lavéis no hay manera de sacarla.

Esas manchas blancas son de la crema cuando se la pongo encima de la cama.

Es bastante fácil de extender, me resultó mucho más fácil que Eryplast en su día o quizás como les cogí algo de manía pues la recuerdo peor de lo que es.






Cuando se la echas en el culete a los peques, como no tengas cuidado, acabarás saliendo a la calle con crema hasta en las cutículas de los dedos si no frotas bien al lavártelas. Es que se cuela en todas partes.




Por lo demás. Reconozco que ha sido mano de santo.

Se la eché una noche y a la mañana siguiente, prácticamente sin restos de la irritación y llevaba más de una semana con la zona que daba pena y el Suniderma no había funcionado.

Donde más barata la he visto sin entrar en ofertas que pueda tener alguna farmacia es en Bebitus, a 6,50€, pero claro, ya sabéis, tenéis que aprovechar un pedido de más de 65€ para que os compense y el envío salga gratis. 

El siguiente sitio fue el Arenal del que ya os he hablado. La cogí por 8,45€ si no recuerdo mal. 

En amazon, por ejemplo está a 9,95€ (no siempre es más barato).

Y ahora, la pregunta del millón. ¿La usaría como crema diaria de pañal?. La respuesta es: NI DE BROMA. Porque es una supercrema, sin duda, pero no me gustan las pastas al agua. Pero es que nada. Ahora bien, si por dejar de usarla mi hija vuelve a tener el culo mal, pues haré de tripas corazón y pasará a ser su crema protectora.

Espero que os haya ayudado de alguna forma este post porque cuando tuve que escoger cuál de las dos comprar acudí a internet y no ví ninguna referencia tan amplia de ella y que me pudiese ayudar a decidir. Me guié sólo por su marca.