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viernes, 24 de febrero de 2017

Regalos para niños de 1 a 2 años


Pues como bien dice el título, aquí os voy a enumerar juguetes que pueden ser un gran éxito para comprar a niños comprendidos en estas edades.

Sé que hay juguetes que nombro que sí tiene en común con otros niños y otros en cambio tiene ella de manera más exclusiva.

Y aquí empieza la lista:

El regalo al que más partido hemos sacado con ella ha sido su oso Bibi. Es un oso proyector musical de Chicco. Lo hay en dos colores, rosa y azul (qué originales...).

Mi hija desde bien bebé para dormirse utilizaba un proyector que nos regalaron, también de la marca Chicco que le flipaba. Pero según fue creciendo se convirtió en un incordio tener que llevármelo a todos los lados así que a base de buscar información encontramos este oso que es un peluche (ojo al dato) lavable ya que el mecanismo se le quita por el culete (tiene un velcro).

La música y la luz se apagan solas al pasar 30 minutos. Y aunque duerma con él no se enciende sin querer cosa que me parecía imprescindible. Puedes ponerle sólo música o sólo luz o ambas y la luz tiene tres niveles de intensidad.

El tacto del peluche es el de un muñeco de trapo, ideal, sin pelillos que se le puedan meter en la boca y mucho más limpio.




Así que después de mucho investigar lo pedimos como regalo de cumpleaños y ha sido un éxito. Bibi viaja con nosotros a cualquier casa y lugar ya que si tiene que dormir fuera de casa tampoco llevamos dudús. El oso Bibi cubre sus necesidades completamente.

Otro regalo que ha triunfado con ella es el kit de vajilla de cocina: cubiertos, platos, vasos... no como la cocina que tiene muerta de risa en una esquina. Pero la vajilla la usa hasta en la bañera.




La moto correpasillos la utilizamos muy a menudo (aunque no a diario) y es buena para ejercitar las piernas. Éste es otro éxito asegurado si no quieres que tu hijo se la robe a los otros en el parque, jejeje.




El Señor Potato. Madre mía. Este regalo cayó por Reyes y lo aparca dos días y lo utiliza los cuatro siguientes. No se aburre de él. No hay piezas peligrosas para los niños y es un regalo económico.



Kiko el Caballo. Este caballo-balancín se lo regalaron cuando cumplió un año y a día de hoy, con sus dos años y tres meses lo sigue utilizando. Hemos desmontando la parte de balancín y ahora anda con él por la casa como corre pasillos (para mí este corre pasillos no vale para la calle, tiene rueditas y las veo endebles).

Pero hasta hace medio año sólo lo quiso como balancín. Está muy chulo porque tienes las dos opciones en uno. Y no deja de tener un caballo en casa, cosa que le fascina.




Bloques de Construcción. Mi hija tiene estos dos tipos aunque os recomiendo cuando son peques que escojáis el que veáis más blandito que haya porque los lanzan por los aires en la mayoría de las ocasiones y si tenéis suelo de madera, despediros de él.


 


Kit de doctor. Otro regalo que utiliza un montón. Para auscultar a su bebé, a su padre o madre, a la gata o a quien pille delante. Aunque este kit es más resultón para ellos cuanto más mayores sean.




Bebé y silla de paseo, que no falten por dios. Mi hija está enamoradita del Baby Pelón. Hemos perdido dos, aunque llevamos con el tercero más de un año ya (éste es el definitivo espero). Si tenéis que regalar un muñeco es una buena manera de colaborar con una gran causa como juegaterapia, para hacer la estancia en los hospitales más amena a niños con cáncer.


 


La Estación Submarina de Yookidoo. Si tenéis niños a los que les cuesta entrar en la bañera, es una gran forma de motivarlos porque es un juego súper divertido. Mi hija tenía rachas en las que había que pelear con ella para meterla en la ducha y desde que este juego entró en casa, hay que pelear para quitarla. Además, la parte del submarino es muy cómoda para aclararles el pelo.



Y lo último pero no menos importante: Cualquier cuento que caiga en sus manos. Tenemos habilitado un estante a su altura con cuentos y le encanta cogerlos, ojearlos (evidentemente no leerlos pero sí que se los lean) y toquetearlos. Son un grandísimo juguete para ella.


Dichos así, en una lista, me doy cuenta de la cantidad de juguetes que tiene mi hija 😱, pero también es verdad que los regalos no se los hacen sólo sus padres, sino también padrinos, tíos, amigos...  Y que han sido a lo largo de año y medio.

Este post está basado en mi experiencia con mi hija, claro está. 

Es totalmente orientativo y lo escribo para los que están perdidos y no saben qué regalar o comprar a los peques de eta edad.

Ha habido alguno más pero los que más han llamado su atención, sin duda, han sido éstos. 

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Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.








lunes, 12 de diciembre de 2016

Cuando te conviertes en un lastre... Adiós, amigos.

Antes de tener a nuestra peque, teníamos vida fuera de casa.

Me explicaré mejor: salíamos a comer, a cenar, de fin de semana....

Teníamos hasta un grupito con el que hacíamos la mayoría de estas cosas. No quedábamos todos los días pero sí salíamos de vez en cuando.

Ya embarazada hacíamos cábalas de cómo nos llevaríamos a la peque a todos los lados. Fines de semana, restaurantes, !incluso verbenas!. Una cena fuera no debería ser impedimento con una bebé...

Esos castillos en el aire se derrumbaron al nacer ella. Ves a un ser tan pequeñito, tan vulnerable que lo que menos pretendes es alterar sus rutinas, esas que para ella son tan importantes y que a ti te salvan la vida.

Y así, poco a poco, te conviertes en un estorbo para tu anterior grupo de "fiestas".

Un fin de semana os vais de nuevo todos juntos aunque ya no es lo mismo porque nuestras prioridades son que la peque coma y duerma igual, mientras las suyas son irse a ver cosas bonitas de la zona. Y ahí se empieza a torcer el tema.

De pronto te enteras de que se han ido de fin de semana y ni siquiera han preguntado si os animabais a ir.




Luego escuchas que hay algunas veces cenas entre semana, pero claro, nosotros no vamos a ir con la peque tan tarde... 

En ese momento empiezas a procesar que te has convertido en un lastre.

Que definitivamente ya no cuentan contigo para nada, porque ya eres de otro club, del club de padres, que serán los únicos que te entiendan y se pongan en tu lugar.

Y empiezas a pensar en todas las cosas bonitas que has pasado con esas personas y en lo mucho que las quieres, pero también es doloroso procesar que no pueden ponerse en tu lugar o no te comprenden. Porque a ver, ¿quién en su sano juicio que no tiene hijos puede entender que llores la primera vez que tu pequeña se pone mala de verdad?. Vómitos, fiebres altas, llantos,... Ya sabréis de qué os hablo. 

Pero cuando al fin piensas con un poco de frialdad, te convences de que esa fase ha pasado. De que la vida esta llena de etapas y la que vivimos ahora mismo con nuestra pequeña terremoto no la cambiaríamos por nada. Aunque a veces nos sature, aunque a veces echemos de menos "hacer algo distinto". Aunque sin duda, les echemos de menos a ellos.




En este nuevo ciclo hemos probado el irnos de fin de semana con otros papás amigos. Todos intentamos ser hippies y no preocuparnos más de lo necesario, pero al final, lo más maravilloso del fin de semana es ver que los pequeños se lo pasan pipa, que se ríen sin parar y que no quieren que acabe el día.

Es este nuevo periodo con los amigos papás valoras que es hora de recogerse cuando hace frío para los niños, o cuando ya es tarde y deben dormir.

Que el café se toma si la cafetería tiene zona de niños. O no se toma si hay un parque cerca y hace sol y ellos pueden quemar energía.

Que se va de restaurante si ellos no serán una molestia allí y que las tardes de juegos son lo más.

Que al final al día, cuando los peques duermen, recuperas tu vida "sin hijos" en los que nosotros volvemos a ser los protagonistas indiscutibles y podemos disfrutar de una buena cena, sobremesa y risas. 

Aunque hay que acostarse pronto, que al día siguiente tendremos despertador asegurado.


Sé que quedan nuevas fases por llegar, y que también serán bonitas y distintas.




Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas que quizás estén pasando por lo mismo y a las cuales les sirva de ayuda. 






martes, 29 de noviembre de 2016

Hace dos años. Haces dos años.

Hace dos años, a estas horas ya estabas en mi vida. En nuestras vidas.

Cuando me preguntaban cómo quería que fuese mi parto, decía que me daba igual, que sólo quería que tú vinieses bien y estaba segura de que si me decían que tenía que hacer el pino o me tenían que rajar de arriba a abajo, la verdad es que me importaba un pimiento. Sólo me preocupabas tú.

Ya habíamos sufrido lo nuestro. Sólo sabíamos que te queríamos, y sana. Eras nuestra única preocupación.


No me perdí una clase preparto ni idealicé mi parto. Hasta me reía diciendo que tanto hacer masajes en el perineo y ya verías como al final me hacían una cesárea.

Tenía claro que sí quería epidural, que yo no nací para soportar dolor innecesariamente. Y al final, ni la epidural fue suficiente.

Me desperté la mañana anterior a las 6 de la madrugada porque ya no tenía sueño y había un día maravilloso por delante.




Tu santo padre se empeñó en que fuésemos a urgencias porque perdía un pelín de líquido. Y yo le decía, "es el tapón mucoso seguro"... Pero papá erre que erre con que fuésemos, así que fuimos, pero por darle en las narices, que yo tenía razón.

Estaba de 38+3 y cuando llegamos, en vez de media hora en monitores estuve hora y media. Allá se me iba la mañana con la de cosas que teníamos que hacer...

Cuando al fin nos vio el ginecólogo me dio la razón a mi. Yo la tenía. Era el tapón. Aún así, ya que estaba allí decidió echar un ojo... Y ahí se acabó mi razón. Tenía una fisura y estaba perdiendo líquido.

Vaya, pues a provocar el  parto. Y ahí fue todo muy lento y muy rápido. 12 horas después estabas con nosotros. 

Como en la monitorización no estaba claro si sufrías o no, te hicieron pruebas de PH a través de mi. Yo no sabía qué se hacía exactamente. Hasta días después no lo supe con claridad. Te clavaban una aguja en la cabeza a través de mi. Pero era la única manera de saber si sufrías. Y después de cuatro pruebas, siguió siendo todo tan dudoso... 

Yo ya había dilatado 5 centímetros, pero no sabíamos cómo estabas. Así que en ese momento el ginecólogo me miró y dijo... "no podemos esperar más". Y yo dije, "vale, hacedme una cesárea". 

Y así me llevaron pitando al quirófano. La epidural no me hizo el efecto que debía y me enteré de parte de ese "parto intestinal" por llamarlo de alguna manera.

Sentí cómo se movían dentro de mi, y recuerdo haber gritado de dolor. Tremendo. Luego me desvanecí. Abrí los ojos al oírte llorar.

Te dije, "cariño, no llores, estoy aquí". Y se hizo el silencio. No volviste a llorar más. Te pusieron al lado de mi cara, pero fue tu padre el que pudo hacer el piel con piel contigo.

No me moví apenas en todo ese día, que empezó contigo en mis brazos sobre las 6 de la madrugada cuando volví a despertar. Pero a pesar de no poder moverme no podía borrar la sonrisa de mi cara.

Me habían hecho una cesárea. Inmovilizada, no pude vestirte, desvestirte, darte ningún bibe, ni cambiarte ningún pañal ese día. Nada. ¡Pero fui tan feliz!. Estabas conmigo. Sana, perfecta. Lo demás no importaba.




Tus primeras veces fueron de la abuela, mi madre, y me alegro de ello. Y de ver a tu padre empapándose de cómo desvestirte y volverte a vestir, y luego haciéndolo lleno de dudas y embargado de felicidad.

Llegaste a nuestras vidas tal día como hoy hace dos años. Los dos años más maravillosos y más rápidos de mi vida. 

Porque nunca pensé que pudiese amar tanto. Porque nunca pensé que podría tener tanta paciencia. Porque nunca pensé que lloraría por verte sufrir. Porque nunca pensé que tuviese un límite del dolor tan pequeño contigo.

Porque veo que cada día nos dedicas tus mejores sonrisas y tus abrazos más fogosos. Y porque en tu boca siempre están papá y mamá.

Porque eres lo mejor que hemos hecho en la vida. Porque por tí mataríamos y moriríamos.

Porque eres en el engranaje más pequeño y sofisticado de nuestra familia de tres.

Porque nos queda toda la vida a tu lado y se nos seguirá haciendo corta.

Porque eres nuestra mayor recompensa.

Porque te queremos, así sin más.

"Felicidades C."