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sábado, 1 de septiembre de 2018

¿Dónde aparco cuando voy al colegio?

Esto de llevar en coche a nuestros peques al cole creo que se ha convertido en un tema de máxima actualidad en mi ciudad.

Ya de por sí vivimos una odisea diaria, yendo a contrarreloj y esquivando coches y personas a la par que intentamos aparcar sin molestarlos ni entorpecer salidas de vehículos.

O eso pensaba yo que hacíamos la mayoría, pero desde luego, veo que en muchos caso no es así.


Después de colgar en mi página de Facebook la noticia de que el ayuntamiento ha creado un plan de movilidad y multará a coches que estén mal aparcados en los accesos del cole, se desató la polémica y yo me he comprometido a intentar plasmar aquí los problemas e inquietudes de los ourensanos (que me trasladaron a través de la publicación de facebook) a este respecto. Por lo menos que se conozcan nuestras opiniones sobre el tema.


foto: la Regió

miércoles, 4 de abril de 2018

Chupetes y/o chuparse el dedo. ¿Hay una edad máxima?. ¿Debemos preocuparnos?.

Con mi hija en pleno primer curso en el "Cole de Mayores" veo muchos niños de su entorno que siguen utilizando chupete. ¿Está bien?. ¿Está mal?. ¿Hay que presionarlos?.

Ya en las clases preparto suelen recomendarnos el chupete para cuando nazcan nuestros bebés puesto que el reflejo de succión de nuestros peques está unido a la necesidad de vivir, reduce el riesgo de muerte súbita y la ansiedad y, además, es un analgésico eficaz en procesos dolorosos.




martes, 31 de octubre de 2017

Niños matones del parque

Esto podría pasar un día cualquiera en el que decides llevar a tu peque al parque.

Después casi dos años pegada a mi Pituxenca al fin puedo comenzar a disfrutar de los bancos del parque (aunque aún no de una manera constante).

Así que llegamos y cojo posición en mi asiento de piedra sin respaldo bajo el sol abrasador (no valoran nada nuestra comodidad...).

Mi Pituxenca que se coge sus dos muñecos y los sube al "columpio de bebés" y se dispone a empujarlos para que sus muñecos (que no pierden su inexpresión por muy alto que lleguen) disfruten a tope.




Aquí su madre, o sea yo, me mantengo sentada en mi comodísimo banco de piedra procurando no quedarme ciega con el rayo de sol que me da directamente en la pupila izquierda. Mientras, no pierdo detalle de lo que hace la niña. Empuja columpio - sonríe - empuja columpio - para - empuja columpio - vivaaaaaa- empuja columpio - ríe.... y así se mantiene de manera indefinida. 

Y de pronto asoma la primera "matona". La hueles, porque tienen un olor distinto, un aura negra que los rodea, una cara de "aquí estoy yo" que cuidadito con ellos.

Y le ha tocado a la Pituxenca esta vez. Le coge el columpio y le susurra algo que no alcanzo a oír. Mi hija que le dice: "Estaba yo". La niña, de unos ocho años y muy larga ella, que agarra con más fuerza el columpio y mi hija queriendo recuperar el mismo y sus dos muñecos que siguen sentados en él.

Ya veo que se va de las manos el tema y por mucho que busco a la madre de la otra niña no la veo por ninguna parte....

Me levanto y me acerco. Intento intervenir lo menos posible en las cosas de los niños porque entiendo que tienen que aprender a resolverlas solos pero a veces no queda más remedio que meterse.

- ¿Qué pasa aquí?.
Niña que me mira y me dice:
- Que me quiero montar yo
- Bueno, pues hija, te toca salir que sabes que tienen preferencia los niños a los muñecos.

Y mi hija, sin más, retira sus muñecos para que la niña pueda comenzar su contorsionismo para conseguir deslizarse (sin romperse ningún hueso) a un asiento de bebés que le quedó pequeño hace como poco cinco años.




No, yo no necesitaría intervenir si la niña, en vez de ir de matona justiciera por la vida, le hubiese pedido a mi hija que le dejase montarse a ella, porque mi hija lo entiende, como casi cualquier niño que razone mínimamente.

Yo, por curiosidad, sigo buscando a la madre de esta individua y, cuando al fin la localizo, la veo arreglando el mundo en la cafetería que está cerca del parque, pero sin ni siquiera mirar de refilón al mismo.

Mientras, el niño que lleva media hora abriendo sin descanso la fuente de agua y metiéndose todo él debajo, incluídas las sandalias de piel, sigue a remojo sin que ningún adulto familiar le explique que el agua no se debe desperdiciar así y que la fuente es para beber solamente.




Me da la mala solo de verlo y decido preguntarle dónde están sus papás y me señala al bar... Otra vez...

Mi peque que decide irse al tobogán y después de estar un ratito subiendo y bajando feliz de la vida  aparece el siguiente matón y decide plantarse en la rampa de bajada del tobogán y no moverse de allí. Porque no, porque no le sale de las narices y punto. Que va a merendar ahí y que no se mueve hasta que no acabe... 

Yo de verdad que no doy crédito. 
-Mira nene, ¿tu papá o tu mamá dónde están?... 
- Mi mamá está allí. Y señala a  un banco en el que la madre está de espaldas a él y ni una sola vez se gira para mirarlo...

Ya malhumorada le digo a mi hija que mejor nos vamos a casa porque hace mucho calor y es que, ¿cómo le voy a explicar a mi hija que nos vamos del parque porque está lleno de niños maleducados con unos padres que no están allí para ponerles límites y a su vez que me hace entender que los niños sean como son?.  

Y al día siguiente, cuando mi peque me pide ir al parque y por supuesto que la llevo, me encuentro nada más llegar al mismo niño metido debajo de la fuente, mojado de nuevo hasta los pies, mientras la misma niña matona de ayer acosa a otro niño para que le deje, esta vez, el balancín verde...






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viernes, 6 de octubre de 2017

Periodo de Adaptación. ¿Si o no?.

Pues ya ha comenzado el colegio y también las escuelas infantiles y en prácticamente todas ellos va de la mano el periodo de adaptación, la tortura de muchos padres.

Yo estoy muy a favor de este periodo de adaptación, sobre todo en el primer curso de colegio.






¿Por qué lo veo necesario?

➜ Comienzan en un sitio nuevo, con compañeros nuevos y nueva persona al mando.

➜ Tienen que ir entendiendo las normas y costumbres del lugar. La forma de jugar, y los procedimientos establecidos para cada uno.

➜ Tienen que decirle a una persona que no conocen de nada que tienen que ir al baño y quizás pedirle ayuda. 

➜ Tienen que adaptarse a horarios y quizás a no comer en casa por primera vez.

➜ Muchos niños viven por primera vez la separación de sus mamás o papás y esto es duro para ellos.



¿Cuáles son los inconvenientes de estos periodos de adaptación?.

➜ Los padres que trabajan tienen que hacer encaje de bolillos para poder ir todo el tiempo a llevar y recoger a sus mochuelos.

➜ Hay niños tan extrovertidos y abiertos que no necesitan adaptación.

Para mí aquí se acaban los contras, que son más por los padres que por los propios niños.





Hay algunos colegios que no tienen periodo de adaptación, motivo por el cual en nuestro caso quedaron descartados.

Está claro que cada uno conoce a su hijo y sabe qué es lo que necesita. Y también está claro que no existe el cole perfecto que tenga todo lo que queramos. En su día hice una guía de cómo escoger colegio (puedes consultarla aquí) en la que explicaba en líneas generales qué debemos tener en cuenta para decidirnos por uno u otro.

Desde mi punto de vista, creo que aunque tengamos un niño muy maduro, independiente y que se desenvuelva en cualquier lugar y situación, el proceso de comenzar el colegio no debe hacerse "a lo bruto" y es mejor ir poco a poco, que vean dónde van a ir, que va a ser así los próximos años, cómo deben comportarse y que esto no es algo puntual, que es su trabajo, como papá y mamá también se van al suyo (sea cual sea el suyo). Y si a nosotros nos cuesta y nos pone nerviosos el comenzar en un nuevo trabajo, nos llega a quitar el sueño la noche antes incluso, cuánto más a ellos que son pequeños y no saben expresarse ni contarnos sus miedos e inseguridades con soltura. 




¿Vosotros qué opináis de los periodos de adaptación?. ¿Son un engorro o lo mejor que os ha pasado en la vida?.


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miércoles, 20 de septiembre de 2017

No puedo con mi vida

He leído algún estudio que dice que las mamás de más de 30 años son más tolerantes, pacíficas, tienen hijos más inteligentes y blablabla...

¡No puedo con el culo!. Estoy agotada. Tengo 37 años y una niña de casi 3 que "es mayor" para nada y muy pequeña todavía para todo.

Muy buena, muy responsable pero no para. ¡No para!. Y es agotador. Seguro que muchas me estáis leyendo y pensando: "ja, eso es que no conoces al mío".  Pero es que al final cada uno habla de lo que sabe y yo saber, poco y de la mía.




Sólo puedo apiadarme de las pobres madres (y padres también) cuyos hijos no duermen de noche bien con el paso del tiempo, que los hay, doy fe, porque si me quitasen ese único momento del día en el que descanso de manera profunda creo que moriría.

Y es que desde que mi pimpollo decidió que era mayor y quería dormir en cama de mayores, conllevó la pérdida de la siesta, pero sólo en mi casa, que cuando vamos a algún sitio donde hay cuna, duerme a pierna suelta más de dos horas (quien los entienda que los compre...).




Total, que me veo con una niña que se levanta enérgica y que no pierde batería según pasa el día. Su frase favorita es "juega conmigo" después del consabido "soy mayor", no lo olvidemos. Y aquí la menda, derrengada con un trancazo del quince que no da ni respirado corriendo con el conejito duracell que me tocó por hija y sin siesta intermedia para reponer energía (reponer energía yo, no ella). 

Así llegamos a la noche y ella cae redonda, pero yo voy detrás y es que como decía al principio... ¡No puedo con mi vida!. 




Sólo cuento los días para que empiece el colegio por la tarde y poder tomarme la vida con más calma.

¿Cómo son vuestros hijos?. ¿Os dan cancha u os dejan sin pila?.





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martes, 5 de septiembre de 2017

Mascotas en casa. ¿Quién es más animal?

Cuando me arrejunté con el Santo cada uno de nosotros aportó su animalillo. Él a su maravillosa gata que tanto quisimos y yo a mi linda cobaya peluda que era un amor.

Misteriosamente, y no sabemos porqué, ambos animales se llevaron a la perfección desde el principio.




Tanto es así que nunca cerrábamos la jaula de la cobaya (Apu se llamaba) porque siempre estaba asomada mirando a la gata (Tuxa se llamaba) que la estaba buscando para tumbarse a su lado.

Sorprendente y maravilloso el mundo animal que tantas lecciones nos da a veces.


Apu


Apu un día, después de 6 años conmigo y 1 con nosotros, se puso malito y acabó muriendo.

Tuxa la primera noche sin él nos llevaba hasta donde siempre estaba la jaula y maullaba, como preguntándonos dónde estaba.


Tuxa


De madrugada nos despertaron los maullidos lastimeros. Ella también estaba triste, había perdido a su  amigo.




Y el tiempo pasó y llegó a casa nuestra hija. Al principio Tuxa notó muchos desplantes hacia ella ya que estábamos tan volcados en la pequeña que no podíamos dedicarle toda la atención que quería pero bueno, hacíamos lo que podíamos.

La relación entre gata y niña pasó sin pena ni gloria hasta que la peque tuvo aproximadamente los dos años que sí empezó a mostrar más interés por la gata.

Pero para colmo de males Tuxa ya estaba malita y se nos estaba muriendo.

En sus dos últimos meses ya no interactuaba mucho con nosotros, pero tampoco huía de la peque, con lo que la misma, aprovechaba para jugar "con ella" todo lo que no había podido hacer antes ya que la gata no tenía ni ganas de escapar ni corría como antes.

Y llegó el día que nuestra gata se fue al cielo de los gatos. Y nuestra peque, quizás por el poco tiempo real de interacción que habían tenido, tampoco preguntó apenas por ella.

Otra cosa fue el Santo, que no levantaba cabeza. Tuxa había estado con el 16 años y conmigo 7, y esto hacía que la echásemos muchísimo de menos.

Un par de meses más tarde empecé a pensar en traer otra gatita a casa. Necesitábamos cubrir el hueco que Tuxa había dejado. Un hueco enorme.

Y al final a escondidas de mi marido y como sorpresa para él traje a una bolita de pelo que mi peque bautizó con el nombre de Miga.




Y ya nada fue igual. Pasamos a tener dos niñas pequeñas en casa.

A la semana de estar Miga en casa y ya adaptada a su nuevo hogar empezaron a interactuar a lo loco entre ellas. Jugar al escondite, carreras por la casa, jugar a la pelota... Para todo está Miga y para todo se presta.

La veterinaria la ha catalogado como un gato-perro y es que siempre va a nuestro lado.

Para todo hay que tener suerte y una vez más, en lo que a mascotas se refiere, así ha sido. Nos ha tocado un animal bueno y dulce. Le hace un montón de compañía a mi hija y juega con ella un montón.

Y si hablamos de paciencia... la mezcla de animal bueno y niña de 2 años y medio es explosiva. Le tira del rabo, la coge en colo cuando está comiendo, la despierta cuando duerme... Le hace todas las maldades posibles y aún así, la gata se desvive por ella.




Y, ¿por qué tener un animal en casa?, estaréis preguntándome.

Mi hija se encarga de vigilar que el comedero y el bebedero de la gata siempre estén llenos y se preocupa siempre de ello. La hace sentirse útil.

Un animal ayuda a aprender responsabilidades a los niños (y a algunos adultos). También les hace compañía (a ellos y a nosotros) y les ayuda a compartir, al menos en nuestro caso, Miga quiere todo lo que tiene la peque.

También viene de fábula para facilitar la socialización y para expresar emociones.

En el caso de los perros, al tener que sacarlos, nos ayuda a realizar más actividad física.

Si tenéis espacio y tiempo para dedicarles, poned una mascota en vuestra vida. Hay una cantidad de perros y gatos abandonados enorme que nos necesitan y, como en nuestro caso, lo que nos reporta es superior a lo que sacrificas por ellos.

Hay multitud de sitios donde adoptar, no sólo en las protectoras.

Aquí os dejo enlaces de Facebook de grupos en Ourense que se encargan de las adopciones, pero seguro que en todas las ciudades los hay. Si pincháis en cada uno os llevará a su perfil.

Gatos en Adopción en Ourense

Mundo de Perros y Gatos de Ourense

Patrulla Callejera - Ayuda Animales Ourense

Progape Ourense


Y podría seguir con mil más. Sólo tenéis que poner en el buscador de Facebook el animal (perro, gato...) y la ciudad y ya os saldrán un montón.

Ellos nos necesitan y tienen mucho que ofrecernos.

Importante, por último, es saber que si dais el paso, un animal es para toda la vida. No lo abandoneis, recordad: "Ellos nunca lo harían".







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martes, 29 de agosto de 2017

Nuestra operación pañal nada idílica parte 2

Ya os comentaba en la primera parte de este post (puedes leerlo aquí) que no fue nada fácil que mi hija pillase el tema del orinal.

Pues tardé un mes entero a mayores en que empezase a pedir la caca y a hacerla donde debía.

Empecé vigilándola (ella no tenía una hora en concreto) y cuando veía que se escondía o que empezaba a "empujar" la cogía corriendo y la sentaba en el orinal de manera que fue entendiendo dónde se hacía y qué pasaba.




Y a veces con más aciertos y muchas más veces con más fallos fuimos tirando. 

Al pasar ese mes comenzó al fin a avisar de que tenía ganas y a día de hoy ya entiende que "le duele la barriga" cuando tiene ganas de ir al baño... Qué asociaciones tienen a veces...

Y una vez cada par de semanas tenemos un retroceso en las cacas de un día o dos pero luego es de nuevo un paso hacia adelante.

Hemos tardado alrededor de dos meses y medio en tener el tema finiquitado y controlado (sin contar el pañal nocturno que ya es otro tema) y me doy por satisfecha.

Lo único a día de hoy que puedo recomendar a los que vayáis a vivirlo es que os arméis de paciencia.




Que sí que hay niños que en dos días lo controlan pero no es lo normal aunque son las experiencias que más nos llegan y que hacen que pensemos que esto es coser y cantar.

Que si eres de los que viven algo similar a nuestra operación pañal te vayas de casa a airearte, correr o gritar cuando en algún momento la situación te supere (si vives lo que yo, sucederá). 




Lo importante es que los peques no vivan un proceso traumático porque somos muchas veces nosotros los que les imponemos esta retirada del pañal sin que ellos estén preparados. Y es que aún encima queremos que lo hagan en dos días y sin ensuciar y que ya pidan ellos por voluntad propia al tercero, y esto no es así.

Así que si nos frustramos y nos cabreamos tened claro que ellos no tienen la culpa, que es un proceso y que lleva su tiempo. Que hay que tener constancia, animar mucho, premiar más y nunca enfadarse o reñirlos.

Y que si estáis leyendo esto, buscado información porque estáis pasando algo similar o vais a empezar con el tema sólo recordad:

"Sois unos padres maravillosos, estáis buscando la forma de hacerlo lo mejor posible y debéis armaros de paciencia y cariño. Vosotros podéis. Al final lo recordaréis entre risas aunque puede que el proceso os provoque más de una lágrima".





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miércoles, 2 de agosto de 2017

Bexsero: la tercera dosis. Nuestra experiencia

Después de nuestra terrorífica experiencia con la primera dosis del Bexsero (puedes leerla aquí) mencioné en mi página de Facebook que la segunda dosis pasó sin pena ni gloria (estaba un pelín angustiada por cómo le iba a sentar).

Un año después (la primera vacuna fue con año y medio por lo que eran tres dosis) le hemos puesto la tercera dosis de la vacuna y puedo decir que... ¡ha sido terrible!.


Vía Boticariablog.wordpress.com


Para empezar, como no soy enfermera no sé cuál es el criterio para vacunar a unos en brazos y a otros en piernas. Entiendo que debe ser por la masa muscular, que será mejor pincharlos donde tengan más.

Pero un niño de dos años y medio vacunado en una pierna es es infierno en vida.




La mañana de la vacuna fuimos a ponerla ya con el Apiretal en el estómago (más vale prevenir...) y después de la inyección nos fuimos al parque. 

Cuando la levanté de la siesta fue cuando se hicieron notar sus efectos.

La primera reacción fue ese mismo día. Una cojera tremenda. Le duró tres días de manera notable y luego se fue atenuando.

Una llorera impresionante. Le dolía tanto la pierna que no podía ni caminar. A esto me refería con mi divagación anterior del criterio para vacunar en la pierna a una niña de esta edad porque la incapacitan mucho más que si la vacunasen en un brazo.




Ardía. La tocabas y casi quemaba, pero luego la mirabas con el termómetro y no tenía ni febrícula.

Irascible. Estaba que saltaba a la mínima. No quería moverse (porque sino la pierna le dolía) y si decías algo que no le apeteciese escuchar tenías su llanto asegurado.

¿Qué hicimos al respecto?. Tanto ese día como sobre todo el siguiente notamos que cuando la pierna se ponía en movimiento y los músculos entraban en calor le dolía menos y al cabo de un ratillo dejaba de cojear, así que intentamos que se moviese lo máximo posible que le permitía su humor.

También fuimos íntimos amigos del Apiretal durante tres días.

Por el resto, salvo la primera tarde, conseguimos hacer vida totalmente normal.

Esta vacuna, ya finiquitada por parte de mi pequeña, para mí ha sido un tormento, y no sólo hablo de su precio y de que no la cubra la seguridad social siendo tan importante y consiguiendo con ella evitar una enfermedad muy peligrosa. Los efectos secundarios de la misma, que si te pones a relativizar no son nada importantes, dejan en jaque a la mayoría de los niños al menos un par de días.




Pero bueno, las vacunas son nuestras amigas. Para mí no hay opción a NO ponerlas. Las vacunas salvan vidas.

Los efectos secundarios son males menores que, si quisiesen, las casas farmacéuticas podrían estudiar la forma de conseguir que no se padeciesen, pero ese ya es otro cantar y una guerra difícil de conseguir.




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lunes, 17 de julio de 2017

Nuestra Operación Pañal nada idílica parte 1

Pues como ya comentaba a través de Facebook mi último mes y poco ha sido un poco traumatizante con la operación pañal de la enana.

Me decidí a volverle a quitar el pañal después del fracaso anterior (lo podrás leer aquí) por dos motivos: 

1. - Porque en Septiembre empieza el colegio y tiene que ir sin pañal y necesitábamos un tiempo    
      previo de aprendizaje.

2. - Porque se me acabaron los pañales de día (uso distintos modelos para dormir que para el día, lo
      puedes leer aquí) y me ahorraba el volver a comprar otro lote de ellos, así sin más, para qué os
      voy a decir una cosa por otra.

Mi hija ya no miraba el orinal con el mismo terror que la vez anterior y, si bien sí se sentaba en él, nunca, absolutamente nunca, hacía pis dentro, y mucho menos caca.




La fase de retener fue lo primero que aprendió, de hecho, de nuestro primer intento, creo que fue lo que le quedó porque esa primera semana podía retener el pis hasta cinco horas y estar tan pichi. Cuando llegaba el momento en el que notaba que le iba a salir el pis se ponía irascible, muy nerviosa e incontrolable pero ni de broma se quería sentar en el orinal así que acababa haciéndose pis encima y ahí volvía a cambiarle el humor ya que volvía a relajarse. 

Nuestra primera semana fue un constante cambio de bragas porque tanto el pis como la caca se la hacía encima, ni una sola vez en el orinal.

Llegó la segunda semana, ya que no di marcha atrás, por los dos motivos que os enumeré antes y porque lo estaba haciendo de tal manera que a ella no le generaba ningún trauma, que era lo que más me importaba. Ella en ningún momento lo pasó mal. Si no se quería sentar en el orinal, pues no se sentaba, si se lo hacía encima, pues no pasaba nada, lo importante es que ella fuese viendo cómo funcionaba aquello y que fuese aprendiendo cuándo iba a salir.




Con la segunda semana llegó una gastroenteritis que nos hizo poner braga pañal durante 5 días ya que se iba por la pata abajo de manera descontrolada así que fue una necesidad.

Así que cuando volvimos a quitar la braga pañal, fue un vuelta a empezar otra semana más con la misma cantinela.

Creo que en esta etapa he aprendido a tener una paciencia infinita, me podrían haber coronado como la mayor santa del mundo, con esto os podéis hacer una idea de lo que fue.

En esta semana lo que fui haciendo fue acompañarla en el pis, aunque no se quisiese poner en el orinal, cuando empezaba a hacerlo, la sentaba en el aire, como si la pusiese a hacer pis en la calle, pero sin sacarle la ropa y con los pies bien puestos en el suelo, vaya, como si estuviese sentada tal cual.

Lo que fui consiguiendo con eso fue que aprendiese la postura y se fuese acostumbrando a la misma. Aún así siempre le preguntaba si quería hacer pis en el orinal, y su respuesta era que no. Así que a lavar toooooda la ropa de cada vez.

Al final de esa tercera semana, que se podía considerar la primera de nuevo (con la braga pañal al final retrocedimos) conseguimos el domingo hacer pis en el orinal. Fue su primer pis, y una fiesta salvaje. Gritos de alegría y felicidad absoluta. Me caían las lágrimas porque al fin veía un pasito adelante. Y ella... ella flipó.




Pensaréis que después de eso fue todo rodado pero... no. Conseguimos ese día y al siguiente un pis cada día. Luego tres día nada, todo fuera y luego dos días mejor, con menos del 50% de aciertos diarios.

Llegó la cuarta semana, y dimos cuatro pasos atrás, ese fin de semana anterior había sido terrible, una tortura y este lunes tuve ganas de coger la puerta de casa y no volver el resto del día. Me sentía muy frustrada y agotada, estaba siendo un proceso larguísimo y estaba consumiéndome. 

Con este retroceso me puse muy negativa y no veía la luz al final del túnel, aunque mi marido me sustituyó la otra mitad del día y con una clase de zumba en la que lo di todo, recargué pilas.

Pero el miércoles volvió a ir hacia adelante y conseguimos establecer unos horarios de pises. Más alguna fuga, más las cacas, por supuesto, que se negaba a hacerlas en el orinal.

Llegado el jueves, al recogerla de la guardería, nos contaron que al fin había hecho caca en el baño así que pensamos que era un paso más, pero no, con nosotros no avanzó en eso.

Y este domingo pasado dí por concluida la primera fase de la operación pañal teniendo una niña que retiene de fábula, pide pis cada vez que lo necesita y hace viajes de dos horas sin ningún tipo de protección porque ella misma no las quiere, y doy fe de que no hay fugas.


Este es el orinal que utilizamos, luego se desmonta y la parte de abajo es un escalón y la de arriba un reductor


Por supuesto a mediodía y de noche, para dormir, usamos pañal y salen llenitos así que no está nada preparada para retirarlo, pero no me corre ninguna prisa.

Las cacas son otro tema. Habrá otro post, el día que lo consiga de manera habitual, porque ahora mismo ni habitual ni puntual. No quiere de ninguna de las maneras así que se la hace encima.

Yo sigo sin obligarla a sentarse, se lo ofrezco de cada vez pero ella no quiere, así que tocará armarse de paciencia otra vez y poco a poco, como me decía mucha gente, llegará un día que su cerebro hará "Click" y lo hará donde debe, sin más.

Puedo decir, como punto final a este post, que a mi muchas bloggers que contaron su operación pañal no sólo no me ayudaron sino que me angustiaron mucho más porque pensaba que mi hija era la rara, la que no era capaz de pillarlo. Y resulta que no es así, que muchas de vosotras me habéis dicho que lo normal es lo mío y que hay gente que "exagera" la realidad.

Llegué a intentar retirar el pañal la primera vez teniendo una imagen demasiado idealizada de lo que era el tema y me frustró un montón darme de bruces con la realidad.

Está claro que una vez más cada niño es un mundo, y que no hay una teoría universal, pero la retirada del pañal no suele ser algo de tres días sino que es un proceso más largo.



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Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

jueves, 29 de junio de 2017

Nuestra "NO" Operación Pañal

Como os había adelantado justo antes de Semana Santa, quería aprovechar la misma para retirar el pañal a mi peque. Con dos años y tres meses, me parecía tiempo más que suficiente para hacerlo.

En mi cabeza era algo idílico y chupado, como cuentan muchas mamás por ahí. Era cuestión de un par de días. Nada que nosotros no pudiésemos hacer, ¿no?.





¡Pues no!.

Comenzamos retirando el pañal un sábado después de la siesta. Esa tarde comenzó a hacer pis cada cinco minutos o menos, durante aproximadamente dos horas. Y es que eran un par de gotitas de cada vez.

Supongo que era lo que hacía cuando tenía el pañal puesto y tenía que acostumbrarse a que eso se hacía todo junto y de una vez. 

De todas ellas la llevé corriendo al WC y, aunque nunca llegamos, ella se sentaba feliz.

A la noche le puse pañal. 

El domingo a la mañana decidimos salir de casa cuando ella hubiese hecho pis para no tener ningún percance en la calle...

¡Pues no salimos!. Desde que la levanté y le puse la braguita hasta la siesta, ni una gota de pis. Nada de nada....

A la tarde, otro tanto. Sí se sentó en el orinal unas cuantas veces pero no hizo nada.

De pronto estando con su padre esa tarde empezó a hacer caca y el padre la sentó en el orinal. Una fiesta. Esto iba viento en popa...




Hasta que llegó el lunes y decidió que ella no se volvía a sentar en el orinal ni en el wc ni iba a retener más. Aquello iba a escape libre. Fue un día infernal.

El martes y el miércoles no fueron mejor. No había hecho caca desde el domingo y ya era miércoles cuando al fin decidió hacerla... en el puf del salón... Y sin bragas😱. Ahí me di cuenta de que ella no quería quitarse el pañal, no estaba preparada y no quería oír hablar del tema y fue así como volvimos el jueves a usar pañal.

¿Me rendí muy pronto?. Quizás, puede, nunca lo sabré. Pero su reacción era extremadamente negativa y gritaba y se ponía histérica si le acercabas un orinal así que preferí no crearle un trauma. Me sobraba el tiempo y sólo quería probar a quitárselo para evitarle los roces que le producía el pañal ya que con sus problemas de dermatitis que os conté en su día y que podéis releer aquí, la zona de la barriga y la espalda las tenía bastante irritadas.

Hace dos semanas y aprovechando que había acabado mi última tanda de pañales diurnos, su profe de la guarde y yo decidimos volverlo a intentar, y es que ahora sí me empieza a apremiar el tiempo ya que en septiembre empieza el cole y para hacerlo de la manera más respetuosa y menos estresante para ella, prefiero hacerlo con calma y sin negatividad ni presiones ni obligaciones.


Tal cual como en esta viñeta de Esther Gili me encuentro ahora


Así que nos pusimos a ello... ¿Cómo nos fue?. Pues os adelanto que seguimos con el tema así que... ya os lo contaré todo en otro post.

Sí os puedo decir que ya casi hasta tengo que pensado el título: "Operación Pañal, nuestra nada idílica historia".




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domingo, 28 de mayo de 2017

Dermatitis atópica y problemas de piel de los peques

Creo que desde que nació mi hija he visto, indagado y probado todo tipo de cremas, antibióticos y jarabes posibles.

Y es que desde que vino al mundo experimentamos múltiples mutaciones en su piel. Desde la originada por el "Manos, Pies, boca" a los seis meses, donde el cuerpo se le llenó de ampollas y me recomendaron hasta un jabón específico para el baño, a una dermatitis plantar donde la piel de sus manos y sus pies se caía literalmente a pedazos.

Y es que la piel en los niños es un mundo aparte. Aprendes a aprender, jajajaja. Nunca mejor dicho. A leer muchos componentes. A descartar marcas por muy archiconocidas que sean... Y a probar y probar.

Yo empecé a hidratar a mi niña con la típica hidratante de siempre de Mustela. Ahora la estamos acabando su padre y yo ya que a ella no es que no le vaya bien, es que le va fatal. Y es que Mustela al fin ha sacado un línea para pieles atópicas, pero para mí, ya llega tarde.




Luego decidí tirar hacia algo más natural como la Welleda Malva Blanca, que se supone que es para pieles atópicas, y no es que pasase sin pena ni gloria, es que a mi hija ¡le provoca urticaria!.




Entre medias, mamás que veían mi desesperación me hicieron llegar productos que a ellas les iban genial.

Una mamá me dio una crema que no se comercializa en España, sólo en Colombia y que a su hija le fue genial para los picores de la varicela.

Leed bien los componentes, yo cogí el bote y ya ví que tenía alcóhol, el mayor enemigo de la piel atópica ya que reseca mucho la piel. Es ideal para secar los granos de la varicela pero si la echas a la piel de un niño con un brote de piel atópica... la lías parda. Esa piel necesita una súper hidratación porque está deshidratada y pica. Así que el alcohol no es viable.




Otra mamá, un auténtico amor, me hizo llegar desde Valencia un preparado de un aceite. Lo probé mucho, casi lo acabé, porque he llegado a hidratar a mi hija 5 veces al día al verla desesperada. Pero este aceite tampoco la acabó de ayudar.

Si tenéis posibilidad, pedid en vuestras farmacias de confianza y a pediatras varias muestras de las mismas cremas porque en un solo día es muy difícil saber si una hidratante les irá bien y la verdad es que no son nada baratas como para acabar acumulando en casa varios botes que no les funcionen.

¿Y qué cremas van bien para los problemas de piel?. Eso no os lo puedo responder, depende de cada piel, de cada niño... lo que a unos les va bien a otros les va horrorosamente mal. Que sepáis que hay marcas específicas que trabajan la piel atópica y sensible como Aderma y Leti At4, para mí grandes marcas ambas y es fácil encontrar muestras de ellas para probarlas.





¿Qué sí ayudó a mi hija?, pues medicación. Si veis a vuestros hijos desesperados porque les pica la piel, llevadlos al médico. Pensamos que nos dirán que los hidratemos y ya está, pero no. Hay más cosas que se pueden hacer por ellos. Jarabes antihistamínicos que les alivia el picor. Cremas con corticoides para los eccemas que puedan salir. Mucho asesoramiento y una derivación al dermatólogo si lo necesita.

Si estáis en mi pellejo, y tenéis estos problemones de piel en casa os mando mucha paciencia y mucho ánimo que siempre hace falta con este tema. Indagad, probad y preguntad a todo el que pueda ayudaros que toda información es poca.





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lunes, 24 de abril de 2017

Mi estante de lectura infantil: EL MONSTRUO DE COLORES

Aprovechando estos días en los que los que la feria del libro está fresquita y con ofertas buenas os cuento sobre este libro del que me habían hablado millones de veces.

Seguro que muchas de vosotras y vosotros también lo habréis leído ya o por lo menos escuchado sobre él.




En la feria del libro infantil me hice con un ejemplar en gallego (era el que había en ese momento y a mi me daba igual en gallego que en castellano) y no lo dudé y lo compré.

Voy a hacer espoiler del cuento así que si no quieres saber la historia, detente, ¡¡¡¡no sigas leyendo!!!!.

El cuento trata sobre un monstruo que un día se levanta con todas sus emociones mezcladas y una niña le ayuda a volverlas a separar y meterlas en botes.




Así cuenta que el amarillo es la alegría, el azul la tristeza, el rojo la ira, el verde la paz...

Y pone ejemplos súper chulos con cada emoción.




Lo bueno del libro es que te da juego para poder hacer como un "cuentacuentos" para tu peque.

Por ejemplo con el amarillo, quieres jugar, bailar, reír, y claro, te pones a bailar, a saltar, a reírte a carcajadas y ¡¡¡es tan divertido!!!.




No pensé cuando lo compré que me fuese a enamorar tanto, pero es que es tan sumamente bonito que mi peque está todo el día pidiendo que se lo lea. Tengo hasta que esconderlo para poder descansar de él, jajajaj.

Así que si no lo tenéis, dudáis sobre qué libro comprar o tenéis que hacer un regalo para un peque, no lo dudéis e id a por él.

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lunes, 27 de marzo de 2017

¡El cambio horario nos mata!

Dice el Estado que gracias al cambio horario se ahorran no sé cuantos miles de millones...

Pero está claro que no tienen en cuenta cómo nos afecta a la gente de a pie estas variaciones.




Con el cambio horario de otoño, oye, ni tan mal. Dormimos una hora más ese día pero, por contra, dejamos de ver la luz del sol el resto del invierno.

Pero llega el cambio horario de primavera, que se junta con la astenia primaveral esa que ya nos trae para el arrastre desde hace tres semanas y van y nos quitan una hora de sueño.


(by Gatoto)


Y lo peor no es eso, lo peor es las conversaciones súper absurdas que se suman a la situación, léase por ejemplo:

"Si a las dos, son las tres, entonces, ¿si ayer tomaba la pastilla a las 4 de la tarde ahora la tengo que tomar a las...?" Y aquí empiezan las ecuaciones con tres incógnitas: X, Y y Z para resolver la hora en la que vivimos, la que era realmente ayer y cuándo me tengo que tomar la puñetera pastilla.




Súmale a esto cuando hay niños por medio, descontrol absoluto. ¿Le das de comer a su hora de siempre, que es la una del mediodía, lo aplazas media hora para ir haciendo adaptaciones o todo a machete y le das a las 2 y que sea lo que dios quiera si no se te ha comido un brazo antes...?

Que te levantas henchido como un pavo pensando... ¡Son las 10:30 de la mañana y acabamos de despertarnos!... Pero es mentira... Son las 9:30 y esa falsa sensación de alegría te va a pasar factura a la noche siguiente, cuando te metas a la cama a las 23 horas que realmente eran las 22 horas y tengas que intentar dormir, pero te da la una de la madrugada, doce hora antigua, y tú como un búho y sólo piensas en que te levantas a las 7 de la mañana, que claro, antes eran las 6... ¡Levantarse a las 6 de la mañana! y que no das enganchado, porque claro, como te acuestas una hora antes....




En resumen, que no creo yo que estos cambios estén hechos para nosotros, los humanos. Somos personas de rutinas. No nos gustan los cambios. Si son las dos, son las dos, señores, ¡dejen de marearnos!.

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domingo, 5 de marzo de 2017

Guía para escoger colegio

Ha llegado el momento de mirar colegio para la pequeña.

Empecé pensando en un cole súper exclusivo, pasé por la fase de no romperme la cabeza y llevarla al que tengo pegado a casa y ahora, me intento decidir por otros dos...

Ésto es lo que he aprendido que verdaderamente hay tener en cuenta para escoger cole:

Laico o religioso. Punto importante. Si sois indiferentes al tema, o sois católicos, no tendréis problema pero si no queréis religión en la vida de vuestros hijos, es fundamental tenerlo en cuenta.




Bilingüe o Plurilingüe. Lo que he aprendido es que dentro de todos ellos hay que tener en cuenta en qué idiomas dan las asignaturas. Para mí es lo básico de este punto. No es lo mismo gimnasia o plástica que historia o naturales. Si hay opción de que no las den en inglés llegado el momento, me parece otra opción importante porque no todos nos hacemos bien con los idiomas, y tampoco hay que amargarle la infancia a nadie.

Uniforme o ropa de calle. También para esto hay gustos aunque cada vez menos.

Método educativo. En un colegio al que fuimos no supieron decirnos qué método utilizaban y acabaron por hablarnos de la editorial de las fichas...




Comedor propio o catering. Si quieres que tu hijo se quede a comer en el colegio, para mí es primordial saber que la comida es buena y recién hecha, y qué mejor que haya cocinero propio.




Instalaciones. Para mí quizás de las cosas menos importantes. Yo estudié en coles normalillos, y si algo aprendí es que te pasas el 90% del tiempo en la clase así que da un poco igual que el patio sea verde, azul o de oro, para el ratito que van a estar, te lo pasarás bien igual.

Profesor de primero de infantil. Si tenéis oportunidad, intentad conocer al profesor que va a impartir clases a vuestro hijo ese primer año. Para mí es el curso más importante ya que determinará que vaya feliz al cole o quiera quedarse en casa. Yo descarté un cole por su profesora...

Métodos de castigo. Sí, esto también hay que hablarlo y preguntarlo, porque quizás no os gusten los métodos que se utilizan. Silla (o esquina) de pensar, semáforo de conducta, "te quedas sin recreo"...




Relación de los padres con el colegio y profesores. ¿Te dejan llevarlo a la clase e interactuar con los profes o los recogen en la puerta del patio y sólo puedes hablar mediante tutorías?

¿Cuándo aprenden a leer?. Misteriosamente hay coles que siguen haciéndolo a los 4 años.




Pañales sí o no. Mi hija empieza el colegio con dos años y 9 meses. Espero que esté preparada (supongo que lo conseguiré) pero tengo que plantearme que también puede que no haya llegado su momento y para ello debo saber si permiten o no pañales. 

Limpian "fugas" o no. Sí, señores, hay colegios que no se hacen cargo de los "accidentes" de nuestros pegues. Y si se hacen pis, te llaman para que vayas a cambiarlo. Me parece perfecto para el que no tenga problema, pero yo no dejo de pensar que si me llaman y estoy en la otra punta de la ciudad, mi hija estará meada durante 40 minutos. No, gracias.

Cercanía a tu casa/trabajo. Quizás no te importe depender de coche o transporte escolar para trasladar a tu hijo pero para mí es importante tener la opción de poderla llevar dando un paseo.

Jornada intensiva o partida. Hay coles con horario sólo de mañana y otros, obviamente, que no.

Extraescolares o servicio guardería. Hay muchos papás que no podrán recoger a sus peques en la hora de salida, y tienen que asegurarse de que el cole disponga de extraescolar o servicio guardería para él. Esto mismo se aplica a primera hora de la mañana con la recogida temprana.

Número de alumnos admitidos por centro. A menor cantidad de plazas, menos opciones de entrar si no es el centro de referencia de tu zona. Pero por otro lado, para
 mí es más importante que el colegio tenga 25 plazas que 75, ya que el entorno será más familiar.

Cuotas mensuales/anuales. Se supone que en los colegios concertados y públicos no deberíamos hacer ningún desembolso económico pero esto varía dependiendo de cada centro a la hora de la verdad. 



Ejemplo de tarifas


Números de cursos que se imparten. Hay colegios que sólo tienen hasta 6º de primaria. Otros hasta 2º ó 4º de la ESO y otros hasta Bachiller. Tienes que saber qué prefieres, a mí por ejemplo no me apetece tener que volver a ponerme a buscar cole cuando tenga 12 añitos...



He puesto cada uno de estos puntos de manera aleatoria, en parte porque fueron surgiendo en mi cerebro así pero tampoco los he colocado de ninguna forma concreta después porque quizás los puntos más importantes para mí, no lo sean para tí.

Lo importante es que este post te ayude a saber qué debes elegir.


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