Mostrando entradas con la etiqueta DORMIR. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DORMIR. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de noviembre de 2017

Decir adiós al chupete

A menos de un mes de cumplir los tres años, decidí unilateralmente quitarle el chupete a mi Pituxenca.

¿Qué motivos me llevaron a tomar esta decisión?. Los principales fueron los siguientes: 

✅ Cuanto más tiempo pasa un niño utilizándolo más probabilidades hay de que tenga problemas en el lenguaje.

✅ Para el paladar de mi peque, el chupete era muy contraproducente.

✅ De usarlo sólo para dormir, comenzó hará mes y medio a utilizarlo en otros momentos del día, como mediodía o después de la merienda y de manera más continuada.




Sabiendo que en este tema mi hija aún no razona como para dárselo a los Reyes Magos o mandárselo a un avión (por poner un par de ejemplos), decidí hacer algo un poco más radical.

Recordé el post de mi amiga Elisa de Planeta Mamy: "Adiós, chupete, adiós" y seguí sus pasos.

Corté las tetinas de sus dos chupetes (sí, usaba dos) y los guardé en su sitio.




Estaba preparada para tres días de llantos y pataletas sin control, lo juro, lo tenía asumido.

Cuando mi Pituxenca fue a su cajón y sacó los "tetes" con las tetinas como se ven en la imagen, primero pensó que eran nuevos, hasta que se dio cuenta de que estaban rotos, y de pronto... Se rió a carcajadas... No podéis imaginar la sorpresa que me llevé.

No los pidió más en ese momento, pero a la hora de dormir sí los reclamó y cuando le recordé que estaban rotos se volvió a reír y dijo "no pasa nada".

Hasta aquí la historia de los chupetes. A veces se olvida de ellos y de pronto dos días después  te pregunta de nuevo y al decirle que están rotos te dice "ahhhh, es verdad". Y ya está.




Pero no todo ha sido tan idílico como parece hasta aquí. Tiene su parte mala y es que su hábito de sueño se ha visto totalmente trastocado. Le cuesta coger el sueño y cuando se despierta de madrugada ya no vuelve a dormirse. Le falta su "relajante".

Hemos pasado de tener una niña marmota que dormía 12 horas seguidas a una niña que duerme 9 horas y está más inquieta.

Yo me siento un poquito culpable por esta situación, no puedo evitarlo, pero sé que era algo que había que hacer y mejor no demorarlo más.

Otros papás y mamás que han pasado por lo mismo me dicen que al cabo de un mes o dos volverá a tener su rutina de dormir, y yo sólo cruzo los dedos para que ese momento llegue pronto pero al menos puedo decir que mi Pituxenca no ha sufrido en exceso por despedirse de sus tetes.




〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

lunes, 27 de marzo de 2017

¡El cambio horario nos mata!

Dice el Estado que gracias al cambio horario se ahorran no sé cuantos miles de millones...

Pero está claro que no tienen en cuenta cómo nos afecta a la gente de a pie estas variaciones.




Con el cambio horario de otoño, oye, ni tan mal. Dormimos una hora más ese día pero, por contra, dejamos de ver la luz del sol el resto del invierno.

Pero llega el cambio horario de primavera, que se junta con la astenia primaveral esa que ya nos trae para el arrastre desde hace tres semanas y van y nos quitan una hora de sueño.


(by Gatoto)


Y lo peor no es eso, lo peor es las conversaciones súper absurdas que se suman a la situación, léase por ejemplo:

"Si a las dos, son las tres, entonces, ¿si ayer tomaba la pastilla a las 4 de la tarde ahora la tengo que tomar a las...?" Y aquí empiezan las ecuaciones con tres incógnitas: X, Y y Z para resolver la hora en la que vivimos, la que era realmente ayer y cuándo me tengo que tomar la puñetera pastilla.




Súmale a esto cuando hay niños por medio, descontrol absoluto. ¿Le das de comer a su hora de siempre, que es la una del mediodía, lo aplazas media hora para ir haciendo adaptaciones o todo a machete y le das a las 2 y que sea lo que dios quiera si no se te ha comido un brazo antes...?

Que te levantas henchido como un pavo pensando... ¡Son las 10:30 de la mañana y acabamos de despertarnos!... Pero es mentira... Son las 9:30 y esa falsa sensación de alegría te va a pasar factura a la noche siguiente, cuando te metas a la cama a las 23 horas que realmente eran las 22 horas y tengas que intentar dormir, pero te da la una de la madrugada, doce hora antigua, y tú como un búho y sólo piensas en que te levantas a las 7 de la mañana, que claro, antes eran las 6... ¡Levantarse a las 6 de la mañana! y que no das enganchado, porque claro, como te acuestas una hora antes....




En resumen, que no creo yo que estos cambios estén hechos para nosotros, los humanos. Somos personas de rutinas. No nos gustan los cambios. Si son las dos, son las dos, señores, ¡dejen de marearnos!.

〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰


Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.









jueves, 16 de febrero de 2017

Colecho. Si, no o que.

Ya antes de nacer mi hija mi Santo marido tenía bastante claro que de colecho nanai de la China.

¿Por qué?. Pues básicamente por miedo al aplastamiento de un bebé indefenso.

Yo por mi parte no decía ni que si ni que no. Simplemente estaba expectante.

El día que nos dieron el alta en la residencia y nos fuimos a casa con la polluela, me di cuenta de que como mejor se quedaba dormida era encima mía, dormida boca a bajo contra mi pecho y así era como nos quedábamos fritas ambas.

El Santo esperaba pacientemente a que esto sucediese y luego trasladaba a la peque a su minicuna que estaba pegadita a la cama.

Desconocía la existencia de minicunas de colecho, pero vaya, que dormía pegadita a nosotros, aunque no en la cama entre cada uno.




Agradezco enormemente que mi marido se encargase de trasladarla porque yo, inconscientemente, no movía un solo músculo de mi cuerpo para no molestar a la polluela. 

Poco a poco nos dimos cuenta de que nuestra hija tenía su "carácter" a la hora de dormir. Es decir, cualquier ruido la hacía quejarse.

Vivimos en un piso con suelos de madera donde al pisar cruje bastante así que con el paso del tiempo cada vez eran más notorios sus cabreos si te levantabas de noche para ir al baño y crujía una tabla bajo nuestros pies. La tensión se respiraba en el ambiente en esos momentos.

Así fue como con cinco meses decidimos trasladarla a su propio cuarto. Ni colecho ni leches. Mi hija fue feliz cuando dejó de estar en nuestra habitación y ningún ruido alteraba su sueño nocturno.

¿He hecho colecho con ella?. Pues de noche puedo deciros que he debido dormir (mal dormir más bien) la friolera de dos noches. Ella estaba con mucha fiebre y para no tener que estarme levantando cada poquito a vigilarla, me la traje a mi cama.

De rebote eché al Santo, lo siento, pero mi cama tiene un cupo máximo de dos personas 😂.

Yo, ya os he dicho, por instinto no me muevo si me veo muy aprisionada por no molestar a mi hija así que para mi el colecho sólo es cuestión de necesidad extrema.


(foto de la web: Ser Padres) 


Esas dos noches donde cada una podía disfrutar sus 80 centímetros de cama hasta dormí un poco (quitando cuando nos tocó limpiar vómitos...).

Algún mediodía también me he acostado con ella para que durmiese, en casas extrañas. Incluso alguna siesta de primera hora de la mañana porque si no la acostaba conmigo, no dormiría.

Puedo decir que mi hija no es de colecho.

También puedo decir que creo que quienes determinan si haremos colecho o no son nuestros hijos. 

Da igual la idea preconcebida que tengamos de este tema. Cuando son bebés, serán ellos los que nos digan si quieren estar en nuestra cama o no.

La mía dormía a gusto encima nuestra pero no en nuestra cama.

También sé que mi hija no fue de pecho y a veces, dando el pecho el colecho se intensifica por comodidad.

Este post lo he escrito a raíz de leer últimamente muchos post de; Colecho Sí, colecho no.

Pues yo opino que... colechéis si el bebé quiere y no colechéis si el bebé no quiere. Al final, el que tomará la decisión será el pequeño, no vosotros. Como en muchísimas otras cosas en las que nos hacemos ideas preconcebidas y luego la realidad nos da un tortazo para que abramos los ojos.


〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰


Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.