miércoles, 4 de abril de 2018

Chupetes y/o chuparse el dedo. ¿Hay una edad máxima?. ¿Debemos preocuparnos?.

Con mi hija en pleno primer curso en el "Cole de Mayores" veo muchos niños de su entorno que siguen utilizando chupete. ¿Está bien?. ¿Está mal?. ¿Hay que presionarlos?.

Ya en las clases preparto suelen recomendarnos el chupete para cuando nazcan nuestros bebés puesto que el reflejo de succión de nuestros peques está unido a la necesidad de vivir, reduce el riesgo de muerte súbita y la ansiedad y, además, es un analgésico eficaz en procesos dolorosos.




miércoles, 17 de enero de 2018

Mitos y verdades sobre la maternidad

Dice Samanta Villar que tener un hijo hace que tu mundo se derrumbe y que hay que volver a construirlo. Bueno, no lo dice con esas palabras, pero viene a ser lo mismo.

A pesar de querer tener un hijo y de conseguirlo en la mayoría de los casos hay un montón de cosas que no sabes hasta que no las vives en primera persona.

No es cierto que hoy se pinta la maternidad de color de rosa. Ya hay muchos blogs desmitificando esto, pero también es verdad que aunque nos vamos preparando cada vez más para lo que llega, hay ciertos aspectos de los que no se habla mucho.


La felicidad es uno de ellos: "conseguir la plena felicidad con un hijo". Yo antes de tener a mi #pituxenca he tenido mil momentos de plena felicidad. Sí que es verdad que desde que nació, mi vida anterior quedó reducida a buenos recuerdos que me evocan sonrisas pero es que la vida es más intensa cuando tienes un hijo. 




Por eso no debemos confundir términos, no se es más feliz por tener un hijo. Las familias que deciden no tenerlos son muy felices y han optado por otro tipo de vida.

Otra cosa que se oye y se lee mucho es: "si estás mal con tu pareja no pienses que tener un hijo os ayudará, eso acabará por destruir la pareja". Eso es cierto, no digo que no, pero es bastante incompleto. Cuando un bebé llega a casa, la base de cualquier relación se tambalea. Hay muchísimas parejas que no resisten los primeros 18 meses de vida de un churumbel y acaban separándose. Tener un niño te lleva al límite, al límite de sueño, de la inseguridad... Y es que antes de tener hijos cada miembro de la pareja tomaba sus propias decisiones, pero una vez nace un niño... ¿Quién decide sobre el peque?. Ahí es cuando empieza el debate y en mayor medida las discusiones. El no descansar lo suficiente tampoco ayudará ya que estamos más susceptibles.




Un punto del que tampoco se habla mucho es cuando das a luz por primera vez y te dan el alta. He hablado con muchas mamás y todas han tenido la misma sensación y es la de pensar al entrar por la puerta de su casa... "¿Dónde coño me he metido?". Y es que el pánico inicial cuando te ves solo con tu pareja y tu hijo por primera vez en tu casa, sin nadie alrededor al que poder preguntar, es acojonante impresionante.

La última mención que quiero hacer en este post es sobre la lactancia materna. Cuando te quedas embarazada, hoy en día todo es publicidad e información sobre la dar el pecho. Todas, o la mayoría optamos y elegimos esa forma de alimentar a nuestro recién nacido, pero en la mayoría de las ocasiones no nos cuentan o simplemente no sabemos de primera mano todos los problemas que vamos a tener. La no subida de la leche, los agarres dolorosos o no agarres simplemente. Los niños demasiado pequeños y vagos que sólo quieren dormir. Las mastitis... y podría seguir hasta la eternidad. 

Tener un hijo es maravilloso. Criar y educar a un ser humano es algo único, pero también te sacará de tus casillas, te hará llorar de frustración o de miedo a fallar. Te hará pensar constantemente si lo estás haciendo bien... Es una continua toma de decisiones en las que tienes la probabilidad de equivocarte con lo que eso supone para otra personita. 




Ser papás y mamás es muy difícil, sin duda. 

¿Para vosotras y vosotros es de color de rosa o habéis vivido muchas malas épocas?.



〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰 
 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

lunes, 1 de enero de 2018

17 Sonrisas de 2017

Motivada por el post de Planeta Mamy y por ella misma a que pensase mis sonrisas del año que finalizó he aceptado el reto y aquí van mis 17 momentos del año 2017:

Bañarme en el mar con mi hija que al fin le había perdido el miedo.


Descubrir cuentos maravillosos como el Monstruo de Colores (que hizo que se quedase sentada en el orinal en plena operación pañal).




Acurrucarme en el sofá abrazada a mi hija y mi Santo y disfrutar el momento, así, sin más.


Irnos de fin de semana con nuestros amigos y las peques y disfrutar de cosas tan mínimas para nosotros y tan alucinantes para ellas como un paseo en un tren turístico.


Descubrir que el cole de mayores hacía que mi hija de dos años y medio tan feliz que siempre me preguntaba si ese día también iba al colegio aunque fuese fin de semana. 




Verla actuar en el salón de actos de su colegio ante más de 300 personas y que bailase dándolo todo.


Una tarde haciendo galletas en familia.


Ir en bici y que el viento nos dé en la cara mientras nos reímos por lo rápido que vamos.


Pasear por el monte y recoger hojas.


Los montones de proyectos que voy planeando con mis amigas del mundo 2.0


Redescubrirme laboralmente y ver que por unas horas al día puedes dejar de ser "la mamá de" para volver a ser simplemente Nuria.


Adoptar a nuestra gata y ayudar de esta manera a que hubiese un animal menos en la calle y llenar más de amor nuestra casa.





Aprender a conocerme un poco más y a contar hasta diez para sumar paciencia.


Ver llover después de haber rezado para que eso sucediese y que al fin nuestros montes descansasen.


Una comida con mis antiguas compañeras de trabajo y amigas en las que intentamos exprimir al máximo las dos o tres horas que tuvimos por delante hasta sabe dios cuándo.


Dormir acurrucada a "mi todo" mientras hacemos mil planes futuros.


Descubrir que tengo seguidores a los que les encanta leerme y que eso hace que me llene de orgullo.


Gracias a Elisa por provocarme para que escriba este post. Sí que es verdad que podría poner mil cosas más que me hacen feliz pero tampoco quiero ser una pesada, jajaja.


Gracias a todos los que me seguís y me leéis porque sois el motor que hace que siga aquí al pie del cañón, porque sin vosotros este blog no tendría sentido.



〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰
 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

martes, 28 de noviembre de 2017

Decir adiós al chupete

A menos de un mes de cumplir los tres años, decidí unilateralmente quitarle el chupete a mi Pituxenca.

¿Qué motivos me llevaron a tomar esta decisión?. Los principales fueron los siguientes: 

✅ Cuanto más tiempo pasa un niño utilizándolo más probabilidades hay de que tenga problemas en el lenguaje.

✅ Para el paladar de mi peque, el chupete era muy contraproducente.

✅ De usarlo sólo para dormir, comenzó hará mes y medio a utilizarlo en otros momentos del día, como mediodía o después de la merienda y de manera más continuada.




Sabiendo que en este tema mi hija aún no razona como para dárselo a los Reyes Magos o mandárselo a un avión (por poner un par de ejemplos), decidí hacer algo un poco más radical.

Recordé el post de mi amiga Elisa de Planeta Mamy: "Adiós, chupete, adiós" y seguí sus pasos.

Corté las tetinas de sus dos chupetes (sí, usaba dos) y los guardé en su sitio.




Estaba preparada para tres días de llantos y pataletas sin control, lo juro, lo tenía asumido.

Cuando mi Pituxenca fue a su cajón y sacó los "tetes" con las tetinas como se ven en la imagen, primero pensó que eran nuevos, hasta que se dio cuenta de que estaban rotos, y de pronto... Se rió a carcajadas... No podéis imaginar la sorpresa que me llevé.

No los pidió más en ese momento, pero a la hora de dormir sí los reclamó y cuando le recordé que estaban rotos se volvió a reír y dijo "no pasa nada".

Hasta aquí la historia de los chupetes. A veces se olvida de ellos y de pronto dos días después  te pregunta de nuevo y al decirle que están rotos te dice "ahhhh, es verdad". Y ya está.




Pero no todo ha sido tan idílico como parece hasta aquí. Tiene su parte mala y es que su hábito de sueño se ha visto totalmente trastocado. Le cuesta coger el sueño y cuando se despierta de madrugada ya no vuelve a dormirse. Le falta su "relajante".

Hemos pasado de tener una niña marmota que dormía 12 horas seguidas a una niña que duerme 9 horas y está más inquieta.

Yo me siento un poquito culpable por esta situación, no puedo evitarlo, pero sé que era algo que había que hacer y mejor no demorarlo más.

Otros papás y mamás que han pasado por lo mismo me dicen que al cabo de un mes o dos volverá a tener su rutina de dormir, y yo sólo cruzo los dedos para que ese momento llegue pronto pero al menos puedo decir que mi Pituxenca no ha sufrido en exceso por despedirse de sus tetes.




〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Probando, probando, 1, 2, 3 - APP de H&M

Después de uno de mis últimos Stories de Instagram donde enseñaba las compras que hice a través de la app de H&M, algunas seguidoras me pidieron que explicase cómo funcionaba.

Pues bien, lo primero que debes saber de ella es que hay que instalarla en el momento donde tengas claro que vas a hacer una compra. 





¿Por qué digo esto?. Porque al instalarla te hacen un descuento automático en la tienda de un 10%, pero hay una cuenta atrás de días para usarlo, así que cuando estés segura de que vas a comprar, es el momento de registrarse en ella.

Al registrarnos también nos aparece una tarjeta virtual y por cada compra que hagamos (en tienda u online), al enseñarla generamos puntos. Estos puntos sirven para descuentos o vales de dinero.




En la app también aparecen muchas veces ofertas de descuentos y promociones  e incluso de gastos de envío gratis. Con las compras online no hay envíos gratis, ni la opción de recogida en tienda así que salvo promoción, habría que pagar el envío.


Cuando hay promos salen al abrir la app en la zona de arriba


Tanto en HyM como en Zara y otras tiendas similares,  no suelen tener todo lo que sí hay en el catálogo, ya sea porque se ha agotado o porque en la tienda no tienen algunas prendas que ellos descartan, por lo que es la parte genial de comprarlos online, nunca vas a tener problema de que no haya lo que buscas (salvo que esté agotado).





De ahí que me haya animado a hacer esta compra a través del móvil a pesar de que yo no soy muy partidaria de comprar ropa sin tocar los tejidos y verla en persona... 

Por rutina no recomiendo las compras online, considero importante señalar esto. Nuestro comercio local es el gran perjudicado en este mundo donde todo se puede adquirir sin salir de casa.

Me cuentan en muchas ocasiones que hay tiendas a las que acude gente para informarse de tallas, poder probarse o ver los productos y luego no los compran ya que lo harán a través de internet.

Sinceramente me parece algo un poco feo. Lo primero, una tienda física tiene más costes que una tienda virtual, por lo que es normal que haya una pequeña diferencia de precio. Pero también vas a tener siempre una atención mucho más al detalle, totalmente personalizada y una garantía de compra, cosa que online a veces no hay. 

Lo segundo, nuestros vecinos, amigos... viven de un trabajo en muchas ocasiones de venta al público. Si todos compramos online, al final nos perjudicamos entre nosotros. Muchos comercios están cerrando sus puertas cada día.

Así que no, yo no seré la que te diga que no compres online ya que yo en ocasiones contadas también lo hago, pero sí te pido que tengas empatía con el comercio de tu ciudad y no te olvides de comprar en las tiendas físicas.



〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰
Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

martes, 31 de octubre de 2017

Niños matones del parque

Esto podría pasar un día cualquiera en el que decides llevar a tu peque al parque.

Después casi dos años pegada a mi Pituxenca al fin puedo comenzar a disfrutar de los bancos del parque (aunque aún no de una manera constante).

Así que llegamos y cojo posición en mi asiento de piedra sin respaldo bajo el sol abrasador (no valoran nada nuestra comodidad...).

Mi Pituxenca que se coge sus dos muñecos y los sube al "columpio de bebés" y se dispone a empujarlos para que sus muñecos (que no pierden su inexpresión por muy alto que lleguen) disfruten a tope.




Aquí su madre, o sea yo, me mantengo sentada en mi comodísimo banco de piedra procurando no quedarme ciega con el rayo de sol que me da directamente en la pupila izquierda. Mientras, no pierdo detalle de lo que hace la niña. Empuja columpio - sonríe - empuja columpio - para - empuja columpio - vivaaaaaa- empuja columpio - ríe.... y así se mantiene de manera indefinida. 

Y de pronto asoma la primera "matona". La hueles, porque tienen un olor distinto, un aura negra que los rodea, una cara de "aquí estoy yo" que cuidadito con ellos.

Y le ha tocado a la Pituxenca esta vez. Le coge el columpio y le susurra algo que no alcanzo a oír. Mi hija que le dice: "Estaba yo". La niña, de unos ocho años y muy larga ella, que agarra con más fuerza el columpio y mi hija queriendo recuperar el mismo y sus dos muñecos que siguen sentados en él.

Ya veo que se va de las manos el tema y por mucho que busco a la madre de la otra niña no la veo por ninguna parte....

Me levanto y me acerco. Intento intervenir lo menos posible en las cosas de los niños porque entiendo que tienen que aprender a resolverlas solos pero a veces no queda más remedio que meterse.

- ¿Qué pasa aquí?.
Niña que me mira y me dice:
- Que me quiero montar yo
- Bueno, pues hija, te toca salir que sabes que tienen preferencia los niños a los muñecos.

Y mi hija, sin más, retira sus muñecos para que la niña pueda comenzar su contorsionismo para conseguir deslizarse (sin romperse ningún hueso) a un asiento de bebés que le quedó pequeño hace como poco cinco años.




No, yo no necesitaría intervenir si la niña, en vez de ir de matona justiciera por la vida, le hubiese pedido a mi hija que le dejase montarse a ella, porque mi hija lo entiende, como casi cualquier niño que razone mínimamente.

Yo, por curiosidad, sigo buscando a la madre de esta individua y, cuando al fin la localizo, la veo arreglando el mundo en la cafetería que está cerca del parque, pero sin ni siquiera mirar de refilón al mismo.

Mientras, el niño que lleva media hora abriendo sin descanso la fuente de agua y metiéndose todo él debajo, incluídas las sandalias de piel, sigue a remojo sin que ningún adulto familiar le explique que el agua no se debe desperdiciar así y que la fuente es para beber solamente.




Me da la mala solo de verlo y decido preguntarle dónde están sus papás y me señala al bar... Otra vez...

Mi peque que decide irse al tobogán y después de estar un ratito subiendo y bajando feliz de la vida  aparece el siguiente matón y decide plantarse en la rampa de bajada del tobogán y no moverse de allí. Porque no, porque no le sale de las narices y punto. Que va a merendar ahí y que no se mueve hasta que no acabe... 

Yo de verdad que no doy crédito. 
-Mira nene, ¿tu papá o tu mamá dónde están?... 
- Mi mamá está allí. Y señala a  un banco en el que la madre está de espaldas a él y ni una sola vez se gira para mirarlo...

Ya malhumorada le digo a mi hija que mejor nos vamos a casa porque hace mucho calor y es que, ¿cómo le voy a explicar a mi hija que nos vamos del parque porque está lleno de niños maleducados con unos padres que no están allí para ponerles límites y a su vez que me hace entender que los niños sean como son?.  

Y al día siguiente, cuando mi peque me pide ir al parque y por supuesto que la llevo, me encuentro nada más llegar al mismo niño metido debajo de la fuente, mojado de nuevo hasta los pies, mientras la misma niña matona de ayer acosa a otro niño para que le deje, esta vez, el balancín verde...






〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰 
 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.

lunes, 16 de octubre de 2017

Arde Galicia

Hoy no he desayunado. No soy capaz de llevarme nada a la boca.

Tengo las luces encendidas porque el humo no deja pasar la claridad y no termina de ser de día.

Tengo las ventanas cerradas. Hoy mi casa no se ventila. No es viable ni pensarlo.




Tengo el corazón dividido. Dividido entre la empatía hacia esas personas que esta noche no han podido dormir en sus casas.

Empatía por esas personas a las que ayer les cogió el fuego en la autovía y vieron sus vidas pasar por delante recordando lo vivido hace tan poco en Portugal.

Empatía por esas personas que se echaron a la calle a luchar contra el fuego.




Empatía por esas personas que no pudieron pegar ojo esta noche pensando que el fuego quizás llegaría a sus casas, mientras sus hijos dormían plácidamente en sus habitaciones sin saber lo terrible de la situación.

Empatía por esa gente fallecida por el fuego.




Empatía por mi tierriña. Porque me la están quemando. Porque oigo sirenas y veo coches de policía a toda mecha. Porque según avanza la mañana esto está más y más oscuro y más y más lleno de humo.

Empatía porque ayer iba pasando el día sin presagiar ni de lejos cómo iba a terminar, con tanta desolación y amargura en el alma de tanta gente.

Y odio. Odio visceral hacia todos aquellos que han provocado esto. Siento un odio terrible, difícil de callar, que quiere salir de mi boca en forma de grito desgarrador.

A esta gente les han enseñado a ser así, me dicen. Desde pequeños los educan en que los incendios son buenos, crean puestos de trabajo y saben dónde deben plantar fuego para hacer el daño necesario.

Más de 25 incendios provocados en la noche del sábado al domingo. Lo siento, no puedo empatizar con esta gente. Ni con quien los educó así. No creo que haya castigo suficiente en tres vidas para pagar todo el terror y daño provocados. 




Y siento un odio voraz por esa otra gente que aprovechando los incendios se dedicaron esta noche pasada a crear nuevos focos.

No quiero tener que presenciar esto de nuevo, a ser posible, en lo que me reste de vida.

Ahora, en este momento, mis deseos sólo se centran en que llueva. Y la lluvia no aparece. Y nos estamos quedando sin nuestro verde. Sin nuestros montes. Sin nuestros animales...

No quiero que mi hija note en mi cara la frustración y la pena, el duelo que estamos viviendo mientras esperamos un milagro mirando al cielo que no podemos ver.  Sólo quiero llorar...

#ArdeGalicia 






〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰 

 Gracias por leer mi blog, este post y por comentar si te apetece. Si lo compartes harás que este post pueda ser leído por personas a las cuales les sirva de ayuda. Y que el tiempo que yo dedico a escribir merezca un poquito más la pena, si cabe.