viernes, 6 de octubre de 2017

Periodo de Adaptación. ¿Si o no?.

Pues ya ha comenzado el colegio y también las escuelas infantiles y en prácticamente todas ellos va de la mano el periodo de adaptación, la tortura de muchos padres.

Yo estoy muy a favor de este periodo de adaptación, sobre todo en el primer curso de colegio.






¿Por qué lo veo necesario?

➜ Comienzan en un sitio nuevo, con compañeros nuevos y nueva persona al mando.

➜ Tienen que ir entendiendo las normas y costumbres del lugar. La forma de jugar, y los procedimientos establecidos para cada uno.

➜ Tienen que decirle a una persona que no conocen de nada que tienen que ir al baño y quizás pedirle ayuda. 

➜ Tienen que adaptarse a horarios y quizás a no comer en casa por primera vez.

➜ Muchos niños viven por primera vez la separación de sus mamás o papás y esto es duro para ellos.



¿Cuáles son los inconvenientes de estos periodos de adaptación?.

➜ Los padres que trabajan tienen que hacer encaje de bolillos para poder ir todo el tiempo a llevar y recoger a sus mochuelos.

➜ Hay niños tan extrovertidos y abiertos que no necesitan adaptación.

Para mí aquí se acaban los contras, que son más por los padres que por los propios niños.





Hay algunos colegios que no tienen periodo de adaptación, motivo por el cual en nuestro caso quedaron descartados.

Está claro que cada uno conoce a su hijo y sabe qué es lo que necesita. Y también está claro que no existe el cole perfecto que tenga todo lo que queramos. En su día hice una guía de cómo escoger colegio (puedes consultarla aquí) en la que explicaba en líneas generales qué debemos tener en cuenta para decidirnos por uno u otro.

Desde mi punto de vista, creo que aunque tengamos un niño muy maduro, independiente y que se desenvuelva en cualquier lugar y situación, el proceso de comenzar el colegio no debe hacerse "a lo bruto" y es mejor ir poco a poco, que vean dónde van a ir, que va a ser así los próximos años, cómo deben comportarse y que esto no es algo puntual, que es su trabajo, como papá y mamá también se van al suyo (sea cual sea el suyo). Y si a nosotros nos cuesta y nos pone nerviosos el comenzar en un nuevo trabajo, nos llega a quitar el sueño la noche antes incluso, cuánto más a ellos que son pequeños y no saben expresarse ni contarnos sus miedos e inseguridades con soltura. 




¿Vosotros qué opináis de los periodos de adaptación?. ¿Son un engorro o lo mejor que os ha pasado en la vida?.


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miércoles, 20 de septiembre de 2017

No puedo con mi vida

He leído algún estudio que dice que las mamás de más de 30 años son más tolerantes, pacíficas, tienen hijos más inteligentes y blablabla...

¡No puedo con el culo!. Estoy agotada. Tengo 37 años y una niña de casi 3 que "es mayor" para nada y muy pequeña todavía para todo.

Muy buena, muy responsable pero no para. ¡No para!. Y es agotador. Seguro que muchas me estáis leyendo y pensando: "ja, eso es que no conoces al mío".  Pero es que al final cada uno habla de lo que sabe y yo saber, poco y de la mía.




Sólo puedo apiadarme de las pobres madres (y padres también) cuyos hijos no duermen de noche bien con el paso del tiempo, que los hay, doy fe, porque si me quitasen ese único momento del día en el que descanso de manera profunda creo que moriría.

Y es que desde que mi pimpollo decidió que era mayor y quería dormir en cama de mayores, conllevó la pérdida de la siesta, pero sólo en mi casa, que cuando vamos a algún sitio donde hay cuna, duerme a pierna suelta más de dos horas (quien los entienda que los compre...).




Total, que me veo con una niña que se levanta enérgica y que no pierde batería según pasa el día. Su frase favorita es "juega conmigo" después del consabido "soy mayor", no lo olvidemos. Y aquí la menda, derrengada con un trancazo del quince que no da ni respirado corriendo con el conejito duracell que me tocó por hija y sin siesta intermedia para reponer energía (reponer energía yo, no ella). 

Así llegamos a la noche y ella cae redonda, pero yo voy detrás y es que como decía al principio... ¡No puedo con mi vida!. 




Sólo cuento los días para que empiece el colegio por la tarde y poder tomarme la vida con más calma.

¿Cómo son vuestros hijos?. ¿Os dan cancha u os dejan sin pila?.





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martes, 5 de septiembre de 2017

Mascotas en casa. ¿Quién es más animal?

Cuando me arrejunté con el Santo cada uno de nosotros aportó su animalillo. Él a su maravillosa gata que tanto quisimos y yo a mi linda cobaya peluda que era un amor.

Misteriosamente, y no sabemos porqué, ambos animales se llevaron a la perfección desde el principio.




Tanto es así que nunca cerrábamos la jaula de la cobaya (Apu se llamaba) porque siempre estaba asomada mirando a la gata (Tuxa se llamaba) que la estaba buscando para tumbarse a su lado.

Sorprendente y maravilloso el mundo animal que tantas lecciones nos da a veces.


Apu


Apu un día, después de 6 años conmigo y 1 con nosotros, se puso malito y acabó muriendo.

Tuxa la primera noche sin él nos llevaba hasta donde siempre estaba la jaula y maullaba, como preguntándonos dónde estaba.


Tuxa


De madrugada nos despertaron los maullidos lastimeros. Ella también estaba triste, había perdido a su  amigo.




Y el tiempo pasó y llegó a casa nuestra hija. Al principio Tuxa notó muchos desplantes hacia ella ya que estábamos tan volcados en la pequeña que no podíamos dedicarle toda la atención que quería pero bueno, hacíamos lo que podíamos.

La relación entre gata y niña pasó sin pena ni gloria hasta que la peque tuvo aproximadamente los dos años que sí empezó a mostrar más interés por la gata.

Pero para colmo de males Tuxa ya estaba malita y se nos estaba muriendo.

En sus dos últimos meses ya no interactuaba mucho con nosotros, pero tampoco huía de la peque, con lo que la misma, aprovechaba para jugar "con ella" todo lo que no había podido hacer antes ya que la gata no tenía ni ganas de escapar ni corría como antes.

Y llegó el día que nuestra gata se fue al cielo de los gatos. Y nuestra peque, quizás por el poco tiempo real de interacción que habían tenido, tampoco preguntó apenas por ella.

Otra cosa fue el Santo, que no levantaba cabeza. Tuxa había estado con el 16 años y conmigo 7, y esto hacía que la echásemos muchísimo de menos.

Un par de meses más tarde empecé a pensar en traer otra gatita a casa. Necesitábamos cubrir el hueco que Tuxa había dejado. Un hueco enorme.

Y al final a escondidas de mi marido y como sorpresa para él traje a una bolita de pelo que mi peque bautizó con el nombre de Miga.




Y ya nada fue igual. Pasamos a tener dos niñas pequeñas en casa.

A la semana de estar Miga en casa y ya adaptada a su nuevo hogar empezaron a interactuar a lo loco entre ellas. Jugar al escondite, carreras por la casa, jugar a la pelota... Para todo está Miga y para todo se presta.

La veterinaria la ha catalogado como un gato-perro y es que siempre va a nuestro lado.

Para todo hay que tener suerte y una vez más, en lo que a mascotas se refiere, así ha sido. Nos ha tocado un animal bueno y dulce. Le hace un montón de compañía a mi hija y juega con ella un montón.

Y si hablamos de paciencia... la mezcla de animal bueno y niña de 2 años y medio es explosiva. Le tira del rabo, la coge en colo cuando está comiendo, la despierta cuando duerme... Le hace todas las maldades posibles y aún así, la gata se desvive por ella.




Y, ¿por qué tener un animal en casa?, estaréis preguntándome.

Mi hija se encarga de vigilar que el comedero y el bebedero de la gata siempre estén llenos y se preocupa siempre de ello. La hace sentirse útil.

Un animal ayuda a aprender responsabilidades a los niños (y a algunos adultos). También les hace compañía (a ellos y a nosotros) y les ayuda a compartir, al menos en nuestro caso, Miga quiere todo lo que tiene la peque.

También viene de fábula para facilitar la socialización y para expresar emociones.

En el caso de los perros, al tener que sacarlos, nos ayuda a realizar más actividad física.

Si tenéis espacio y tiempo para dedicarles, poned una mascota en vuestra vida. Hay una cantidad de perros y gatos abandonados enorme que nos necesitan y, como en nuestro caso, lo que nos reporta es superior a lo que sacrificas por ellos.

Hay multitud de sitios donde adoptar, no sólo en las protectoras.

Aquí os dejo enlaces de Facebook de grupos en Ourense que se encargan de las adopciones, pero seguro que en todas las ciudades los hay. Si pincháis en cada uno os llevará a su perfil.

Gatos en Adopción en Ourense

Mundo de Perros y Gatos de Ourense

Patrulla Callejera - Ayuda Animales Ourense

Progape Ourense


Y podría seguir con mil más. Sólo tenéis que poner en el buscador de Facebook el animal (perro, gato...) y la ciudad y ya os saldrán un montón.

Ellos nos necesitan y tienen mucho que ofrecernos.

Importante, por último, es saber que si dais el paso, un animal es para toda la vida. No lo abandoneis, recordad: "Ellos nunca lo harían".







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martes, 29 de agosto de 2017

Nuestra operación pañal nada idílica parte 2

Ya os comentaba en la primera parte de este post (puedes leerlo aquí) que no fue nada fácil que mi hija pillase el tema del orinal.

Pues tardé un mes entero a mayores en que empezase a pedir la caca y a hacerla donde debía.

Empecé vigilándola (ella no tenía una hora en concreto) y cuando veía que se escondía o que empezaba a "empujar" la cogía corriendo y la sentaba en el orinal de manera que fue entendiendo dónde se hacía y qué pasaba.




Y a veces con más aciertos y muchas más veces con más fallos fuimos tirando. 

Al pasar ese mes comenzó al fin a avisar de que tenía ganas y a día de hoy ya entiende que "le duele la barriga" cuando tiene ganas de ir al baño... Qué asociaciones tienen a veces...

Y una vez cada par de semanas tenemos un retroceso en las cacas de un día o dos pero luego es de nuevo un paso hacia adelante.

Hemos tardado alrededor de dos meses y medio en tener el tema finiquitado y controlado (sin contar el pañal nocturno que ya es otro tema) y me doy por satisfecha.

Lo único a día de hoy que puedo recomendar a los que vayáis a vivirlo es que os arméis de paciencia.




Que sí que hay niños que en dos días lo controlan pero no es lo normal aunque son las experiencias que más nos llegan y que hacen que pensemos que esto es coser y cantar.

Que si eres de los que viven algo similar a nuestra operación pañal te vayas de casa a airearte, correr o gritar cuando en algún momento la situación te supere (si vives lo que yo, sucederá). 




Lo importante es que los peques no vivan un proceso traumático porque somos muchas veces nosotros los que les imponemos esta retirada del pañal sin que ellos estén preparados. Y es que aún encima queremos que lo hagan en dos días y sin ensuciar y que ya pidan ellos por voluntad propia al tercero, y esto no es así.

Así que si nos frustramos y nos cabreamos tened claro que ellos no tienen la culpa, que es un proceso y que lleva su tiempo. Que hay que tener constancia, animar mucho, premiar más y nunca enfadarse o reñirlos.

Y que si estáis leyendo esto, buscado información porque estáis pasando algo similar o vais a empezar con el tema sólo recordad:

"Sois unos padres maravillosos, estáis buscando la forma de hacerlo lo mejor posible y debéis armaros de paciencia y cariño. Vosotros podéis. Al final lo recordaréis entre risas aunque puede que el proceso os provoque más de una lágrima".





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miércoles, 2 de agosto de 2017

Bexsero: la tercera dosis. Nuestra experiencia

Después de nuestra terrorífica experiencia con la primera dosis del Bexsero (puedes leerla aquí) mencioné en mi página de Facebook que la segunda dosis pasó sin pena ni gloria (estaba un pelín angustiada por cómo le iba a sentar).

Un año después (la primera vacuna fue con año y medio por lo que eran tres dosis) le hemos puesto la tercera dosis de la vacuna y puedo decir que... ¡ha sido terrible!.


Vía Boticariablog.wordpress.com


Para empezar, como no soy enfermera no sé cuál es el criterio para vacunar a unos en brazos y a otros en piernas. Entiendo que debe ser por la masa muscular, que será mejor pincharlos donde tengan más.

Pero un niño de dos años y medio vacunado en una pierna es es infierno en vida.




La mañana de la vacuna fuimos a ponerla ya con el Apiretal en el estómago (más vale prevenir...) y después de la inyección nos fuimos al parque. 

Cuando la levanté de la siesta fue cuando se hicieron notar sus efectos.

La primera reacción fue ese mismo día. Una cojera tremenda. Le duró tres días de manera notable y luego se fue atenuando.

Una llorera impresionante. Le dolía tanto la pierna que no podía ni caminar. A esto me refería con mi divagación anterior del criterio para vacunar en la pierna a una niña de esta edad porque la incapacitan mucho más que si la vacunasen en un brazo.




Ardía. La tocabas y casi quemaba, pero luego la mirabas con el termómetro y no tenía ni febrícula.

Irascible. Estaba que saltaba a la mínima. No quería moverse (porque sino la pierna le dolía) y si decías algo que no le apeteciese escuchar tenías su llanto asegurado.

¿Qué hicimos al respecto?. Tanto ese día como sobre todo el siguiente notamos que cuando la pierna se ponía en movimiento y los músculos entraban en calor le dolía menos y al cabo de un ratillo dejaba de cojear, así que intentamos que se moviese lo máximo posible que le permitía su humor.

También fuimos íntimos amigos del Apiretal durante tres días.

Por el resto, salvo la primera tarde, conseguimos hacer vida totalmente normal.

Esta vacuna, ya finiquitada por parte de mi pequeña, para mí ha sido un tormento, y no sólo hablo de su precio y de que no la cubra la seguridad social siendo tan importante y consiguiendo con ella evitar una enfermedad muy peligrosa. Los efectos secundarios de la misma, que si te pones a relativizar no son nada importantes, dejan en jaque a la mayoría de los niños al menos un par de días.




Pero bueno, las vacunas son nuestras amigas. Para mí no hay opción a NO ponerlas. Las vacunas salvan vidas.

Los efectos secundarios son males menores que, si quisiesen, las casas farmacéuticas podrían estudiar la forma de conseguir que no se padeciesen, pero ese ya es otro cantar y una guerra difícil de conseguir.




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lunes, 17 de julio de 2017

Nuestra Operación Pañal nada idílica parte 1

Pues como ya comentaba a través de Facebook mi último mes y poco ha sido un poco traumatizante con la operación pañal de la enana.

Me decidí a volverle a quitar el pañal después del fracaso anterior (lo podrás leer aquí) por dos motivos: 

1. - Porque en Septiembre empieza el colegio y tiene que ir sin pañal y necesitábamos un tiempo    
      previo de aprendizaje.

2. - Porque se me acabaron los pañales de día (uso distintos modelos para dormir que para el día, lo
      puedes leer aquí) y me ahorraba el volver a comprar otro lote de ellos, así sin más, para qué os
      voy a decir una cosa por otra.

Mi hija ya no miraba el orinal con el mismo terror que la vez anterior y, si bien sí se sentaba en él, nunca, absolutamente nunca, hacía pis dentro, y mucho menos caca.




La fase de retener fue lo primero que aprendió, de hecho, de nuestro primer intento, creo que fue lo que le quedó porque esa primera semana podía retener el pis hasta cinco horas y estar tan pichi. Cuando llegaba el momento en el que notaba que le iba a salir el pis se ponía irascible, muy nerviosa e incontrolable pero ni de broma se quería sentar en el orinal así que acababa haciéndose pis encima y ahí volvía a cambiarle el humor ya que volvía a relajarse. 

Nuestra primera semana fue un constante cambio de bragas porque tanto el pis como la caca se la hacía encima, ni una sola vez en el orinal.

Llegó la segunda semana, ya que no di marcha atrás, por los dos motivos que os enumeré antes y porque lo estaba haciendo de tal manera que a ella no le generaba ningún trauma, que era lo que más me importaba. Ella en ningún momento lo pasó mal. Si no se quería sentar en el orinal, pues no se sentaba, si se lo hacía encima, pues no pasaba nada, lo importante es que ella fuese viendo cómo funcionaba aquello y que fuese aprendiendo cuándo iba a salir.




Con la segunda semana llegó una gastroenteritis que nos hizo poner braga pañal durante 5 días ya que se iba por la pata abajo de manera descontrolada así que fue una necesidad.

Así que cuando volvimos a quitar la braga pañal, fue un vuelta a empezar otra semana más con la misma cantinela.

Creo que en esta etapa he aprendido a tener una paciencia infinita, me podrían haber coronado como la mayor santa del mundo, con esto os podéis hacer una idea de lo que fue.

En esta semana lo que fui haciendo fue acompañarla en el pis, aunque no se quisiese poner en el orinal, cuando empezaba a hacerlo, la sentaba en el aire, como si la pusiese a hacer pis en la calle, pero sin sacarle la ropa y con los pies bien puestos en el suelo, vaya, como si estuviese sentada tal cual.

Lo que fui consiguiendo con eso fue que aprendiese la postura y se fuese acostumbrando a la misma. Aún así siempre le preguntaba si quería hacer pis en el orinal, y su respuesta era que no. Así que a lavar toooooda la ropa de cada vez.

Al final de esa tercera semana, que se podía considerar la primera de nuevo (con la braga pañal al final retrocedimos) conseguimos el domingo hacer pis en el orinal. Fue su primer pis, y una fiesta salvaje. Gritos de alegría y felicidad absoluta. Me caían las lágrimas porque al fin veía un pasito adelante. Y ella... ella flipó.




Pensaréis que después de eso fue todo rodado pero... no. Conseguimos ese día y al siguiente un pis cada día. Luego tres día nada, todo fuera y luego dos días mejor, con menos del 50% de aciertos diarios.

Llegó la cuarta semana, y dimos cuatro pasos atrás, ese fin de semana anterior había sido terrible, una tortura y este lunes tuve ganas de coger la puerta de casa y no volver el resto del día. Me sentía muy frustrada y agotada, estaba siendo un proceso larguísimo y estaba consumiéndome. 

Con este retroceso me puse muy negativa y no veía la luz al final del túnel, aunque mi marido me sustituyó la otra mitad del día y con una clase de zumba en la que lo di todo, recargué pilas.

Pero el miércoles volvió a ir hacia adelante y conseguimos establecer unos horarios de pises. Más alguna fuga, más las cacas, por supuesto, que se negaba a hacerlas en el orinal.

Llegado el jueves, al recogerla de la guardería, nos contaron que al fin había hecho caca en el baño así que pensamos que era un paso más, pero no, con nosotros no avanzó en eso.

Y este domingo pasado dí por concluida la primera fase de la operación pañal teniendo una niña que retiene de fábula, pide pis cada vez que lo necesita y hace viajes de dos horas sin ningún tipo de protección porque ella misma no las quiere, y doy fe de que no hay fugas.


Este es el orinal que utilizamos, luego se desmonta y la parte de abajo es un escalón y la de arriba un reductor


Por supuesto a mediodía y de noche, para dormir, usamos pañal y salen llenitos así que no está nada preparada para retirarlo, pero no me corre ninguna prisa.

Las cacas son otro tema. Habrá otro post, el día que lo consiga de manera habitual, porque ahora mismo ni habitual ni puntual. No quiere de ninguna de las maneras así que se la hace encima.

Yo sigo sin obligarla a sentarse, se lo ofrezco de cada vez pero ella no quiere, así que tocará armarse de paciencia otra vez y poco a poco, como me decía mucha gente, llegará un día que su cerebro hará "Click" y lo hará donde debe, sin más.

Puedo decir, como punto final a este post, que a mi muchas bloggers que contaron su operación pañal no sólo no me ayudaron sino que me angustiaron mucho más porque pensaba que mi hija era la rara, la que no era capaz de pillarlo. Y resulta que no es así, que muchas de vosotras me habéis dicho que lo normal es lo mío y que hay gente que "exagera" la realidad.

Llegué a intentar retirar el pañal la primera vez teniendo una imagen demasiado idealizada de lo que era el tema y me frustró un montón darme de bruces con la realidad.

Está claro que una vez más cada niño es un mundo, y que no hay una teoría universal, pero la retirada del pañal no suele ser algo de tres días sino que es un proceso más largo.



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sábado, 1 de julio de 2017

¡Reclamemos ya, por y para nuestros hijos!.

Como cada año al menos en mi ciudad, Ourense, se ha procedido a cerrar el servicio de pediatría en casi la mayoría de los centros de salud. ¿Para qué contratar a nadie si podemos sobrecargar al resto de pediatras y nadie se queja?.

Llegará un momento, también como cada verano, en que ocurra lo mismo con alguna planta del Complejo Hospitalario. ¿Para qué contratar a nadie si podemos sobrecargar el resto de plantas y nadie se queja?.
No nos reponen a los cirujanos pediátricos. ¿Para qué convocar nuevas plazas si podemos mandar a los niños a Vigo y nadie se queja?.

Nos quitaron hace tiempo el servicio de Citación Pediátrica, que era independiente al resto y por el cual se entendía, y así debería ser siempre, que los niños no deberían tener que estar haciendo una cola de dos horas para coger cita para un especialista o prueba. ¿Para qué van a abrir este servicio si todos hacemos las colas pertinentes y nadie se queja?.

No estamos haciendo absolutamente nada al respecto. NADA.




Nos quejamos por lo bajo, nos quejamos en redes sociales, nos quejamos entre amigos y conocidos, nos quejamos en la prensa. Refunfuñamos en el Centro de Salud o mientras hacemos la cola correspondiente de dos horas...

¿Esto es todo lo que vamos a hacer?.

Entregando una hoja de reclamación esta semana nos han contado que NADIE pone reclamaciones. Que la gente se queja, pero a la hora de escribir, les entra la vagancia.

Os propongo una cosa. Una hoja de reclamación por cada familia. Si os animáis, dos. Con dos hojas de reclamación por cada familia podríamos cambiar las cosas. En serio.

Necesitamos cirujanos pediátricos en Ourense. Necesitamos un servicio de pediatría completo. No por horas. Necesitamos no tener que hacer colas interminables con nuestros hijos que deberían estar comiendo, durmiendo la siesta o en el colegio.

Ésta es una hoja de reclamaciones del Servicio Gallego de Salud. Sirve para toda Galicia. Se puede pedir no sólo en el Complejo Hospitalario sino también en los Centros de Salud. Podéis aprovechar un día que vayáis al médico y pedir un par y la siguiente vez que vayáis, entregarlas. Se puede hacer online incluso si tenéis firma digital.




No tenemos excusas. Los pediatras y el resto de servicio sanitario nos están pidiendo ayuda para que las cosas cambien, y nosotros los oímos, pero no los escuchamos

Nos lo dicen por nuestro propio bien y no hacemos absolutamente nada.

¿Vamos a seguir dejando pasar el tiempo?. ¿No tenéis cinco minutos para intentar cambiar el mundo?. 

¿No os interesa que vuestros hijos estén bien atendidos?. A mi desde luego sí, pero no puedo luchar sola. 

Os necesito, nuestros hijos nos necesitan. Nuestro personal sanitario explotado nos necesita.

Entre todos, podemos. Por favor, haced algo. Escribid reclamaciones. YA.


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