miércoles, 10 de febrero de 2016

Sillas de paseo... El post repetitivo de muchas bloggers

¿Cuándo empecé yo a leer post de sillas de paseo?. Pues después de comprar la silla de la patatita.
Había mirado sillas y, a través de la web de Mi bebe y Yo, conocí la silla Babyzen Recaro. El Santo tenía obsesión por Recaro y cuando se la enseñé, ambos pensamos, "esto tiene que ser la repera".

Cuando quisimos ir a una tienda a probarla, nos encontramos que había un problema con el proveedor de Recaro en España y las sillas Recaro estaban contadísimas y en Ourense, ninguna.

Nos tiramos a la piscina y compramos una de las últimas de toda España a través de una web, sin probarla ni nada (nunca hagáis esto).




¿Qué nos gustaba de esta silla?. Pues trae, chasis+silla de paseo, silla de coche y capazo. El capazo era enorme y se hacía hamaca. Tres ruedas. Me gustaba mucho que fuese de tres ruedas, porque era distinto, y estéticamente me encantan. Es un carro todoterreno, en parte por esta misma cualidad de sus tres ruedas, y además por su suspensión, te puedes meter por cualquier sitio con él, lo he probado en la playa, en fincas embarradas, y un poco a monte también lo he metido. Y las ruedas son antipinchazos. Tiene un buen plegado y el chasis no pesa mucho. Me he evitado una segunda silla, ultraligera, ya que muchas de ellas pesan más o menos lo mismo que la mía. Y tiene luz, jajajaj, sí, luz, intermitente y fija, para cuando cruzas y ha oscurecido, para hacerte ver, me parece una idea estupenda.


¿Qué no he tenido en cuenta?. Como el capazo que trae vale "supuestamente" hasta las 15 meses o 12 kg (supuestamente, porque yo creo que no cogen ni de broma), la silla de paseo es mirando al mundo, así que no tienes las dos opciones en silla de paseo, y en la posición reclinada tampoco queda totalmente horizontal. Esto último me agobió mucho, pero mucho, hasta que me di cuenta de que si un niño tiene sueño duerme donde sea. Ahí dejé de preocuparme de este aspecto. Y de que vaya mirando hacia el mundo... pues tampoco ha sido para tanto. Al principio un día vomitó y me enteré al llegar a casa, en la calle nadie me dijo nada, cosa que me enfadó un poco, porque para decirte que tapes al niño o que le da el sol en la cara, te para todo el mundo. 

El precio... es otra historia. A día de hoy he descubierto que no hay la silla perfecta, la que lo tenga todo, superplegado,  que pueda ir mirando hacía tí y al mundo, poco peso, reclinado total, todoterreno, bonita y barata. 

Mi amiga J, escogió en su día una Jané. Hoy está planteándose el cambiar a una ultraligera porque su silla ocupa un montón y le quita todo el espacio en el maletero. Y así me encuentro a mucha gente, creo, que en el fondo, mi elección no fue tan mala. ¿Lo volvería a comprar?. Pues no lo sé. No lo podría asegurar. Posiblemente, no. 



martes, 2 de febrero de 2016

La importancia de valorar a las personas

Cuando eres peque piensas que todo el mundo es bueno.

Según vas creciendo te das cuenta de que eso no es cierto. De hecho, que hay gente con muy mala leche por el mundo.

Según te vas haciendo más mayor, empiezas a enfadarte con esas personas con mala baba y a acabar el día echando pestes.

Luego, puedes pasar al siguiente nivel, en este estaba yo, que es empezar a poner hojas de reclamaciones y similares. En muchos lugares, así es la única forma de hacerte escuchar. ¡Qué triste!. Pero es así.



Y, llega un día, en el que te echas una amiga nueva, que te abre los ojos a otro tipo de realidad. ¿Cómo?. ¿Es eso posible?.
Sí, señores, sí lo es.

Cuando tuvo a su pequeña, mi amiga J estaba tan agradecida a la matrona que la atendió, que sólo pensaba en ir a Atención al Paciente a escribir una carta de agradecimiento... ¡Ay la leche!, ¡Carta de agradecimiento!. ¿Por qué no se me había ocurrido a mi nunca?. Estaba tan enfadada con el mundo que sólo veía a la gente mala. Pero ¿sabéis,? hay gente muy, pero que muy buena.

Así descubrí por ejemplo a mi cartero, un hombre SUPER AMABLE, así, en mayúsculas. No sólo me saluda por mi nombre sino allá donde me vea me avisará de si tengo correo ese día o, echará a correr detrás de mí para darme un paquete y ahorrarme un viaje a Correos para ir a recogerlo... ¿Quién hace eso?. Pues gente buena, señores. ¡Sí existen!.

Y siguiendo el ejemplo de mi amiga J, allá me fui a Correos un día para escribir una nota de agradecimiento a mi Super Cartero. Y como no tenían hojas de sugerencias ni nada similar, pues pedí hablar con su jefe.

El Santo, mi marido, me dijo que estaba tarada. Sí, con estas mismas palabras. A ver, Santo, le dije yo, ¿a tí no te gustaría que le dijesen a tu jefe lo bueno que eres y lo bien que lo haces?. Yo estoy agradecida de que haya gente buena y megaeficiente, y mi amiga J me ha enseñado que no sólo hay que llenarse la boca quejándose de los malos, también debemos alabar a los buenos. Y, en ello estoy. Cambiando mi chip y abriendo mis ojos al lado bonito de la gente. Agradeciéndoles a esas personas que sean buenas, y, recuperando mi paz interior.




jueves, 14 de enero de 2016

Cuando se estropea OTRO cacharro electrónico

Pues sí, que sigue mi mala racha.
Después de enterrar mi e-reader, ahora le ha tocado el turno al móvil, sólo 7 meses después de estrenarlo ha pasado a mejor vida.
¿Cómo es posible? .

Pues en parte por mis manos de mantequilla y en parte porque la patatita lo utilizaba de arma arrojadiza, entre la una y la otra, lo hemos estropeado, pero tanto tanto que no hay garantía que lo cubra.

Bien podría ser mi móvil (foto cogida de internet)



Y aquí es donde entra el juego El Santo, que inmediatamente decidió que quería comprarme otro, y yo, aplaudiendo con las orejas, jajaja.

Pero el dilema está en cuánto es lo moralmente establecido en un móvil al alcance de un bebé de 13 meses. Es que cuando te descuides, lo hará papilla.

El Santo quería uno potente, para que pudiese utilizarlo a tope, pero yo, que soy como la virgen del puño, me negué a comprar un móvil de 300€, como que no está la economía para estas cosas.

Y así, acabó en mis manos la tercera generación de Motorola Moto G.



Yo venía de Sony así que, aunque ambos tienen el mismo sistema operativo, sí hay diferencias tangibles entre ambos.

Me ha costado un poco acostumbrarme, pero ahora estoy más feliz que una perdiz con mi nuevo móvil.

Espero que por mucho tiempo si consigo que la patatita no le ponga las manitas encima.

¿Cómo lleváis vosotros vuestros móviles y los peques? ¿O vuestros móviles y los perros?, por ejemplo, que también los hay...

miércoles, 6 de enero de 2016

Giros extraños

A veces la vida da giros que se te escapan de las manos.

Hoy es día de Reyes, debería estar en el suelo con mi patatita y el Santo abriendo regalillos, y aquí estoy, en el sofá, con el ordenador, escribiendo esto.



Y es que sólo hace dos días que planeaba ir a la cabalgata de los Reyes Magos con mi familia, mi patatita, mi Santo, mis padres, mi cuñada... Primera cabalgata de mi patatita, porque el año pasado tenía un mes y no procedía llevarla...



Pues eso, ahí estaba yo, teléfono inalámbrico en mano, movilizando a mi familia, ¿lloverá? ¿no lloverá?, ¿a qué hora quedamos?, "terminamos de concretar mañana viendo el tiempo" fue como despedí mis conversaciones telefónicas.

Y así amaneció el día 5, teléfono en mano, como un cubo de agua en toda la cara a las 7 de la madrugada. La abuela murió. ¿cómo? ¿por qué?. Bueno, el porqué  estaba claro, sus muchos años y vaya, con sus achaques y sus cosas. Vamos, que le tocaba.

En mi casa, mi madre nos ha inculcado los Reyes Magos como la fiesta del año. Es tan importante, que hasta a mis treinta y tantos me sigue costando dormir la noche antes ilusionando.

Así que, ni cabalgata, ni reyes, ni leches. Ya sabéis lo que toca en estos casos, no os lo voy a explicar, mucha pena, mucho bajón y estar al pie del cañón.

Van a ser los Reyes más diferentes de mi vida. Hoy es un día de extrañar para mí, no extrañar los regalos, porque al fin, hoy lo veo de otra forma, sino de extrañar a la abuela. A mi abuela andaluza que siempre exageraba y que después de mil años en Ourense no perdió su acento. A mi abuela andaluza sincera donde las haya que nunca se cortaba un pelo en decirte lo gordísima que te habías puesto. A mi abuela andaluza a la que los años le habían hecho mella y se había vuelto una sensiblera y llorona cuando antaño jamás recordé verla verter una lágrima. A mi abuela andaluza, tan distinta a las abuelas gallegas, a la que no recuerdo que te llenase el plato siete veces. A mi abuela, a fin de cuentas. Hoy mi post, va para tí. Porque esperaba estar haciendo la comida de Reyes con la familia y, contigo. Y hoy estaré contigo, pero de otra forma.

Muchos besos. Y como dice mi amiga Elisa, ahora hay otra estrella que brilla ahí arriba.

lunes, 4 de enero de 2016

Cuando se estropea un cacharro electrónico

Desde bien pequeña me han inculcado la lectura. Recuerdo, como en las pelis, cuando me mandaban dormir y me escondía debajo de las sábanas con mi libro del momento y una linterna, ¡qué asfixia por dios!.

Han pasado los años y he descubierto que para mí los libros son mis joyas, mis tesoros que saboreo y luego guardo en mi estantería/biblioteca que hice para ellos, su joyero.



De pronto, comencé a oír hablar de los e-reader, libros electrónicos, y yo no apostaba por ellos, "se pierde la magia del libro", decía. Y seguía con mi libro de 500 páginas debajo del brazo o en el bolso, porque a mí siempre me acompaña un libro.

El Santo (mi marido para los que aún no lo conocéis) comenzó a hablar de nuevo de los e-readers, en concreto de Kindle, y, así fue como se lo encargué a los Reyes Magos esas mismas navidades. Su cara fue de sorpresa mayúscula, y, a día de hoy, 5 años después, sigue diciendo que fue uno de los regalos más chulos y que más ilusión le hizo de su vida.

Y así fue como lo probé yo. Sí, caí en la tentación, él tenía un libro en ese artilugio que yo quería leer, así que me lo prestó... Y ya no hubo vuelta atrás. Diez meses después me hacía yo con otro Kindle.

Me diréis, se pierde la magia, totalmente de acuerdo. Mi estantería/biblioteca, mi joyero, vaya, dejó de llenarse de joyas, ahora rara vez compramos un libro en formato papel. Pero, ¡¡¡es que es tan cómodo!!!.



Además, nos queda la patatita, que ahora empieza a recibir libros, tanto por parte de sus padres como a petición de los mismos, que ojalá también considere sus joyas, y que guardará en ese maravilloso joyero que hicimos para ellos. En su caso, sí pasarán algunos años hasta que caiga en sus manos un formato electrónico, o quién sabe si existe cualquier otra innovación en ese momento, mientras tanto tiene que aprender a olerlos, tocarlos, sentirlos... A entender su magia.

Y porqué escribo este post tan ñoño, os estaréis preguntando.... Pues porque esta noche pasada, la pantalla de mi kindle, después de tres años y tres meses, ha medio muerto. Ha dejado de funcionar la parte de abajo de la pantalla, por lo que no puedo leer las últimas líneas de absolutamente nada. Vaya, mi Kindle ha pasado a mejor vida. Creo que la patatita ha tenido algo que ver, porque siempre lo coge y juega a abrir y cerrar la tapa de su funda... En algún momento seguro que se dio algún golpe que le hizo un daño más contundente. Y reconozco que me he llevado el disgusto de mi vida. Lo sé, sí, es sólo un objeto, pero es mi compañero, mi fiel amigo que siempre está ahí conmigo. Y tardaré 4 días en recibir un sustituto, ¡4!. 


Ahora me toca readaptarme a la nueva generación, con pantalla táctil, con lo feliz que era yo con mis dos botoncitos de página siguiente y página anterior...


Lo peor de todo es irse a dormir sin desconectar un mínimo de 15 minutos y meterte en la historia de cada momento. Ahora estoy leyendo Cicatriz, por cierto, muy recomendable, una historia que te mantendrá en vilo al menos hasta más de la mitad del libro que es lo que yo llevo leído.

¿Vosotros también sois adictos a la lectura?



jueves, 31 de diciembre de 2015

Se Acaba el Año

Pues sí. Hoy es último día del año, 31 de diciembre. Un año que se acaba lleno de sentimientos encontrados.




Una patatita con 13 meses y un día, bebé peculiar donde los haya. Se niega a caminar  ni gatear como está socialmente establecido y sigue a su rollo arrastrando el culo y desplazándose a saltos con sus nalgas por doquier. Algo diré a su favor, tendrá glúteos de acero.

La patatita, a la que me he dedicado este año en exclusiva, sigue siendo una dulce puñetera, la miro amorosamente y le digo.... "MA-MA" y ella me mira y responde... "PA-PA" y así seguimos después de 13 meses en que la jodía sólo se acuerda de su "MA-MA" cuando llora o se quiere quejar, pero diréis, y ¿qué mas quieres?, pues sí,  quiero más, porque se acuerda de mí hasta que su mirada capta en su radar a su padre, momento en que dejo de existir....
Si ya decían que las niñas eran de sus padres, pero.... ¿tanto?.... 
[Inciso, basta con que haya escrito este párrafo para que la patatita venga hacia mí en su tacatá diciendo.... MA-MA-MA-MA.... ¡Me la como!.]


Y ¿qué más he hecho en el año?. Pues muchos propósitos de dieta, aunque no he bajado ningún gramo (prometo ponerme seriamente a partir  del 6 de enero),  y jugar mucho y pasear más. Descubrir blogs maravillosos, como Planeta Mamy, mantener mi armario al día gracias a Siempre Unos Zapatos negros y querer cada día más a gente estupenda. Considero que tengo pocas amigas pero que son una parte muy importante de mi vida, y sin ellas... No podría ser yo, Rosa, Julia, Sandra, Pili, Mina... Y Mi santo marido, el SANTO, que me aguanta cada día. Una Sociedad Gastronómica que hace que cada día me aprieten más los pantalones (Fran, Dany, Iria, Sandra, Alex...). En el mundo blogger he conocido tras un blog a una persona preciosa, Elisa, y a una supermamá, Violeta Martínez, alias, Violeta Calamidades (espero leerte pronto eh?). Este año también ha nacido mi ahijada, cosa linda que siempre sonríe, y, sobretodo, come, jajaja. También este año estoy empezando a entender más a mi madre, aunque a veces aún nos tiremos casi de los pelos, jejeje. Y, por último, este año he comenzado a escribir este blog, que espero mantener, aunque no aspiro a grandes metas. Gracias Raquel Sainza por "acondicionarlo" y a tu supernovio por este "diseño exclusivo".

Tengo el propósito en 2016 de conseguir que la patatita camine, aunque a mí ya me tiene pillado el truco y ante el primer puchero me derrito, su superabuela trabaja duramente para que ejercite sus piernochas lozanas, ella sí es implacable (mientras no vea una lagrimilla asomándose en sus ojos)....
Mi siguiente propósito es comenzar a buscar trabajo, porque creo que lo empiezo a necesitar, aunque no sé cómo haré para despegarme de mi primogénita.

Total, que así andamos, hoy cena en mi casa, porque claro, la patatita a las 21:30 está dormida ya y no quiero trastornarla andando de una casa para otra. Y la cena.... pues aún decidiendo qué vamos a hacer. Si aún hay día por delante, para qué estresarse....

Deseo que todos vosotros entréis en 2016 con buen pie, y, sobretodo, que seáis muy muy felices.

¡FELIZ AÑO NUEVO!



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Vecinos incívicos

Cuando vives en un piso, asumes que tienes una comunidad de vecinos, la mayoría estupendos y algunos... deplorables.

Tus vecinos estarán en tu vida diaria más que tus propios padres. Vivirán cómo crecen tus hijos, cuándo se ponen malos, cuándo te vas de vacaciones.... Todo.

De mis vecinos, puedo decir que a nivel general son estupendos, muy preocupados y super buenos.

Para que os hagáis una idea, mi vecina de la puerta de enfrente, en cuanto me vio la barriga algo avanzada, me dio películas de dvd's de sus hijos, juguetes, me ha prestado una cuna....

El día que llegué con la patatita, me tocó hacer la presentación oficial por el edificio. Qué decir, me encantó.

Peeeeeero, también pasa, que en todas partes hay una oveja negra, y esa me tocó en la pared pegada a mi piso.

Psicosis
Mis vecinos de pared.... se acuerdan de usar la batidora, poner cuadros, tirar paredes (igual no las tiran, pero hacen el mismo ruido), poner lavadoras.... todo a partir de las once de la noche.

Y te entran instintos asesinos el día que la lavadora de los vecinos te despierta centrifugando a la una
y media de la madrugada.
¿Y qué hacer?. 

Sutilmente en un par de reuniones dejé caer que algún vecino ponía lavadoras, pero no se dieron por aludidos. Y claro, a las malas, creo que saldré perdiendo yo, así que no me atrevo a ir a su puerta a decírselo. Os hablo de una mujer con dos hijos, que según te ve en el garaje, sale corriendo a su coche (sin saludarte) para no tener que esperar ella mientras tú sacas tu coche, así siempre esperas tú. Que nunca, jamás, te saluda, y que, bueno.... deja que sus hijos ensayen con sus instrumentos musicales a las nueve y media de la noche.

¿Qué hacer con este tipo de personas incívicas?. Pasas un día, pasas dos, pero cuando los golpes que dan despiertan a tu hija y activan su vigilabebés.... No os podéis hacer una idea.

¿Qué haríais vosotros?.