miércoles, 6 de enero de 2016

Giros extraños

A veces la vida da giros que se te escapan de las manos.

Hoy es día de Reyes, debería estar en el suelo con mi patatita y el Santo abriendo regalillos, y aquí estoy, en el sofá, con el ordenador, escribiendo esto.



Y es que sólo hace dos días que planeaba ir a la cabalgata de los Reyes Magos con mi familia, mi patatita, mi Santo, mis padres, mi cuñada... Primera cabalgata de mi patatita, porque el año pasado tenía un mes y no procedía llevarla...



Pues eso, ahí estaba yo, teléfono inalámbrico en mano, movilizando a mi familia, ¿lloverá? ¿no lloverá?, ¿a qué hora quedamos?, "terminamos de concretar mañana viendo el tiempo" fue como despedí mis conversaciones telefónicas.

Y así amaneció el día 5, teléfono en mano, como un cubo de agua en toda la cara a las 7 de la madrugada. La abuela murió. ¿cómo? ¿por qué?. Bueno, el porqué  estaba claro, sus muchos años y vaya, con sus achaques y sus cosas. Vamos, que le tocaba.

En mi casa, mi madre nos ha inculcado los Reyes Magos como la fiesta del año. Es tan importante, que hasta a mis treinta y tantos me sigue costando dormir la noche antes ilusionando.

Así que, ni cabalgata, ni reyes, ni leches. Ya sabéis lo que toca en estos casos, no os lo voy a explicar, mucha pena, mucho bajón y estar al pie del cañón.

Van a ser los Reyes más diferentes de mi vida. Hoy es un día de extrañar para mí, no extrañar los regalos, porque al fin, hoy lo veo de otra forma, sino de extrañar a la abuela. A mi abuela andaluza que siempre exageraba y que después de mil años en Ourense no perdió su acento. A mi abuela andaluza sincera donde las haya que nunca se cortaba un pelo en decirte lo gordísima que te habías puesto. A mi abuela andaluza a la que los años le habían hecho mella y se había vuelto una sensiblera y llorona cuando antaño jamás recordé verla verter una lágrima. A mi abuela andaluza, tan distinta a las abuelas gallegas, a la que no recuerdo que te llenase el plato siete veces. A mi abuela, a fin de cuentas. Hoy mi post, va para tí. Porque esperaba estar haciendo la comida de Reyes con la familia y, contigo. Y hoy estaré contigo, pero de otra forma.

Muchos besos. Y como dice mi amiga Elisa, ahora hay otra estrella que brilla ahí arriba.

4 comentarios: