lunes, 4 de enero de 2016

Cuando se estropea un cacharro electrónico

Desde bien pequeña me han inculcado la lectura. Recuerdo, como en las pelis, cuando me mandaban dormir y me escondía debajo de las sábanas con mi libro del momento y una linterna, ¡qué asfixia por dios!.

Han pasado los años y he descubierto que para mí los libros son mis joyas, mis tesoros que saboreo y luego guardo en mi estantería/biblioteca que hice para ellos, su joyero.



De pronto, comencé a oír hablar de los e-reader, libros electrónicos, y yo no apostaba por ellos, "se pierde la magia del libro", decía. Y seguía con mi libro de 500 páginas debajo del brazo o en el bolso, porque a mí siempre me acompaña un libro.

El Santo (mi marido para los que aún no lo conocéis) comenzó a hablar de nuevo de los e-readers, en concreto de Kindle, y, así fue como se lo encargué a los Reyes Magos esas mismas navidades. Su cara fue de sorpresa mayúscula, y, a día de hoy, 5 años después, sigue diciendo que fue uno de los regalos más chulos y que más ilusión le hizo de su vida.

Y así fue como lo probé yo. Sí, caí en la tentación, él tenía un libro en ese artilugio que yo quería leer, así que me lo prestó... Y ya no hubo vuelta atrás. Diez meses después me hacía yo con otro Kindle.

Me diréis, se pierde la magia, totalmente de acuerdo. Mi estantería/biblioteca, mi joyero, vaya, dejó de llenarse de joyas, ahora rara vez compramos un libro en formato papel. Pero, ¡¡¡es que es tan cómodo!!!.



Además, nos queda la patatita, que ahora empieza a recibir libros, tanto por parte de sus padres como a petición de los mismos, que ojalá también considere sus joyas, y que guardará en ese maravilloso joyero que hicimos para ellos. En su caso, sí pasarán algunos años hasta que caiga en sus manos un formato electrónico, o quién sabe si existe cualquier otra innovación en ese momento, mientras tanto tiene que aprender a olerlos, tocarlos, sentirlos... A entender su magia.

Y porqué escribo este post tan ñoño, os estaréis preguntando.... Pues porque esta noche pasada, la pantalla de mi kindle, después de tres años y tres meses, ha medio muerto. Ha dejado de funcionar la parte de abajo de la pantalla, por lo que no puedo leer las últimas líneas de absolutamente nada. Vaya, mi Kindle ha pasado a mejor vida. Creo que la patatita ha tenido algo que ver, porque siempre lo coge y juega a abrir y cerrar la tapa de su funda... En algún momento seguro que se dio algún golpe que le hizo un daño más contundente. Y reconozco que me he llevado el disgusto de mi vida. Lo sé, sí, es sólo un objeto, pero es mi compañero, mi fiel amigo que siempre está ahí conmigo. Y tardaré 4 días en recibir un sustituto, ¡4!. 


Ahora me toca readaptarme a la nueva generación, con pantalla táctil, con lo feliz que era yo con mis dos botoncitos de página siguiente y página anterior...


Lo peor de todo es irse a dormir sin desconectar un mínimo de 15 minutos y meterte en la historia de cada momento. Ahora estoy leyendo Cicatriz, por cierto, muy recomendable, una historia que te mantendrá en vilo al menos hasta más de la mitad del libro que es lo que yo llevo leído.

¿Vosotros también sois adictos a la lectura?



5 comentarios:

  1. Despois de lerte...ata me entra a curiosidade por probar un deses aparellos...quen sabe se merco un!? jajaja

    ResponderEliminar
  2. Leyendo esto me entra la curiosidad por el artilugio...en fin...igual me animo

    ResponderEliminar
  3. Yo leia poco, aunq con mucho placer.... Ahora, desde q nacieron los niños estoy sin tiempo. Algun dia retomare la lectura, con o sin libro digital... Jejeje

    ResponderEliminar
  4. Yo aunque solo sean cinco minutitos antes de dormir, lo necesito.

    ResponderEliminar