Después de varios días con la peque pocha...Pues al fin empecé a ver la luz al final del túnel.
foto: tropicalgringo.com |
¿Qué tuvo que pasar? Pues llevé a la patatita a su fisio-osteópata y a su pediatra. Entre el tratamiento de la fisio que le veía irritadas un par de válvulas estomacales y el pediatra que después de hacerle un análisis de orina le vio niveles descompasados que, a pesar de no ser lo suficientemente altos para considerar que había una infección, esos niveles sumados a la pérdida de apetito pues para él significaba que era mejor darle antibiótico.
Hasta aquí genial, si no fuese porque mientras la trata la fisio parece que a la patatita la están cortando en trocitos pequeñitos... suda y llora como si no hubiese un mañana.
Y el antibiótico... pues el primer día con él, dejó de comer más si cabía.
Pero, por fin, una semana y pico después empezó a comer con más ansia, aunque aún no era la misma... Empecé a notar esa evolución.
Justo ese día leía este post que compartía una amiga en Facebook, http://aempezar.com/puedes-aguantar-un-dia-entero-sin-quejarte/, y me dije, pues ¡lo voy a intentar!
Y mira que es difícil, ¿eh?
¿Vosotros habéis probado? Os animo a ello.
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