sábado, 7 de noviembre de 2015

Cuando la patatita no quiere comer

Sí señor, estas cosas pasan.
Malacostumbrada me tenía mi patatita a comer maravillosamente, y, de pronto, llegó el día en el que no quiso abrir la boca. Ocho meses y siete días. Que no mamá, que no insistas, que no pienso abrir la boca... Y muerta me quedé.

Ahí empecé a buscar motivos, porque claro, algún motivo habría. Le tenía que doler la garganta, era eso, le tenía que doler porque siempre comió fabulosamente. Y ahí que la llevé al pediatra y después de la tragedia que supone para patatita entrar en la consulta que parece que la van a despedazar allí adentro, el doctor dictaminó que no tenía absolutamente nada...

Entonces pensé... ¡El calor! Agosto... pero es que justo hacía dos días que habían bajado las temperaturas como diez grados y mi hija vive en Ourense y ya se sabe que aquí o te curtes o te derrites, y ella ya se veía curtida...
Pues probé a darle yogur... Adivinad... Si no abre la boca... ¿Cómo le metes el yogur?¡Pues no puedes!

Pues compraría un potito para probar a darle algo distinto a ver si es que se había aburrido de la rica comidita sana de su mami.... Y aquí fui y me recorrí tres farmacias y es cuando me doy cuenta de que los potitos son incompatibles con las pautas alimentarias de su señor pediatra.

No le des cebolla... ¿sabéis que el 99% de los potitos llevan cebolla? Ah, pero el que no lo lleva, lleva leche desnatada... ¿No se supone que no deben tomar leche hasta el año? ¿Y la sal? porque sí, algunos alimentos traen sal incorporada, pero ya si en ingredientes pone SAL YODADA creo que no hay duda de que ahí alguien le dio un poco de alegría al potito...

¿Y qué haces? Pues descartar la opción del potito comprado y seguir haciéndoselo tú a pesar de que sabías que o se lo acabaría comiendo tu santo marido o el perro...
Y mientras tanto, la patatita seguiría con su operación bikini.

¿Qué hacéis cuando los peques se ponen en huelga de hambre?

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