lunes, 27 de junio de 2016

¿Porqué no podemos quejarnos de nuestros hijos?

Esta noche pasada dediqué la hora antes de sentarme delante del pc a dormir a la Patatita, porque sí, la enana tiene un sueño que muchos quisiesen y duerme cual marmota, pero lo complicado con ella es que se ponga al tema. A mediodía hemos ido consiguiendo que se duerma sola pero a la noche alguien tiene que estar con ella.

El estar con ella implica que te hace partícipe de la docena y media de veces que tira el chupete y el doudou por la borda y las cuatrocientas cincuenta que hace el pino. Y al final.... al final la cosa a veces acaba mal, o ella llora, o yo me enfado o nos enfadamos ambas... No siempre la puedo llevar por el camino que yo quiero.

Eso conlleva la mala leche con la que acabo mientras ella duerme cual dulce corderillo.

¿Qué he hecho al respecto?. Delegar. Ahora la duerme su padre, y ya me gustaría a mi tener su arte. Y que vaya, la peque a él no lo vacila. Él sólo tiene que estar allí, sin más, mientras a mí me exige el 1000%.

Y cuando luego te paran por la calle para ver a tu niña, y te preguntan, ¿es buena?. ¿Buena?. ¡La mejor!.

¿Por qué está tan mal visto que nuestros hijos no sean perfectos?.

Y ya sé la respuesta, porque decir la verdad, acaba enfadándote. Un ejemplo, mi amiga J tiene una niña del tiempo de la Patatita que es puro amor. Su hija duerme mal, pero porque tiene problemillas de estómago y claro, la pobre sufre. Así que, no, no duerme toda la noche. Cuando alguien le cuenta que su hijo sí duerme toda la noche, y ella cuenta que la suya no, lo siguiente que le dicen es "Claro, es que mi hijo es muy bueno".





¿Perdona? ¿¿¿Que su hija es mala porque no duerme???? . Vaya, que está que fuma en pipa. Moraleja, cuando le preguntan, acaba diciendo lo perfecta que es su hija (vale, aun no lo hace, pero lo acabará haciendo porque sino, acaba de mala leche).

Y al final, el círculo vicioso de hijos perfectos va siendo una bola gigante y aquí no existe un niño que no tenga un problema. Todos comen, cagan, duermen, corren, y juegan a la perfección.

Oye, pues mi hija no. Ya está bien. Mi hija come bien, o mal, según le pegue. Corre, sí, hasta que se cae, luego me agarra la mano y me toca correr con ella porque está insegura. Juega, sola, pero conmigo más que sola, y duerme, esto lo hace perfecto, salvo sus malas noches, como todos, por sus dientes, enfermedades...

¿Es mala?. No, es un amor, como casi todos, (digo yo que algún niño malo existirá). Pero no nos ayudamos diciendo lo buenos y perfectos que son, o dí la verdad o no digas nada. Y, por favor, si tú, como yo, eres una de las afortunadas que tiene un hijo con el gen marmota (concepto creado por Peinetapintxos y mi monillo, blogger súper recomendable, por cierto, que vive ambos extremos), no identifiques el que tu hijo duerma toda la noche con que es muy bueno, porque es muy hiriente y porque sería igual de bueno si se despertase cuatrocientas veces.


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