Os lo cuento aquí.
El primer día que llegué a las clases preparto iba con el Santo. Cuando llegué aún no había empezado la clase, de hecho, la puerta aún estaba cerrada y mi vejiga a punto de estallar. Sólo había una chica, estatura media, buena panza como la mía, morena, pelo rizo... ¡¡¡Quién me diría a día de hoy que se iba a convertir en una de mis mejores amigas!!!!.
Y no sólo porque ese día me dijo donde estaba el baño, que también fue un punto a su favor, sino porque congeniamos súper bien.
En esa clase, además de lo que aprendimos, conocí a una matrona fantástica y unas compañeras de bombo dignas de mención.
Si estás embarazada, o intentándolo, recuerda esto. Ojalá tengas suerte y tengas unas compañeras de embarazo que merezcan la pena porque te harán llevar mejor las noches después del parto y las tardes de parque entre otras cosas.
Aún recuerdo esos whatapps a las 2, 3, 4 de la madrugada, mientras tocaba la toma de ese momento. La noche es menos dura en compañía de otra mamá que está pasando lo mismo que tú.
Cuando la niña o niño de una de nosotras se pone malo, esos whatapps al día siguiente, y al siguiente y al de después sin olvidarse nunca de preguntar cómo va. Esa alegría que compartes cuando el peque de la otra echa a andar. O la primera vez consigue dormirse sin ayuda...
Se convierten en tus mejores cómplices. En las que te acompañan a Pilates, o con las que compartes los artículos de actualidad sobre vacunas o plazas de guarderías.
Incluso se convierten y te conviertes en niñeras, compañeras de esperas en los médicos, limpiadora oficial de mocos que salgan de cualquier nariz...
Y cuando le coges tanto cariño a esa mami, y a esa peque que sólo se lleva seis días con la tuya, se convierte en tu segundo retoño. Te preocupas casi tanto como si fuera la tuya, y celebras ese primer cumple de ambas con una lágrima en los ojos y una tarta demasiado contundente que hará que no lo olvides en la vida.
Incluso se convierten y te conviertes en niñeras, compañeras de esperas en los médicos, limpiadora oficial de mocos que salgan de cualquier nariz...
Y cuando le coges tanto cariño a esa mami, y a esa peque que sólo se lleva seis días con la tuya, se convierte en tu segundo retoño. Te preocupas casi tanto como si fuera la tuya, y celebras ese primer cumple de ambas con una lágrima en los ojos y una tarta demasiado contundente que hará que no lo olvides en la vida.
¡Todo lo que nos queda por vivir, y siempre nuestros peques con nosotras!.
Este post va dedicado a las Julias, Nancys, Noelias,.... del mundo. Es un placer teneros en mi vida.
Y vuelves a coincidir, tras llevar caminos separados, y te enteras que las dos esperáis el segundo, y terminas siendo la persona autorizada para recoger al otro peque de la escuela infantil.
ResponderEliminarO te mandan un WhatsApp y te sueltan un "me acordé de ti en las vacaciones" y ya sabes que eso quiere decir que se obró el milagro y en unos meses darás una asesoría de porteo donde, incumpliendo todas las normas de las asesoras, terminas porteando tu al bebé.
Qué chulo Susana!!
Eliminar